En la ciudad están contabilizadas más de 105.000 viviendas en edificios residenciales, según las estadísticas de la Dirección General del Catastro. Sin embargo, como vienen alertando tanto los arquitectos como los promotores inmobiliarios, el parque vigués del ladrillo padece del mismo mal que muchos de sus moradores: la avanzada edad. Los datos muestran que casi 22.000 bloques se construyeron antes de 1969, un tiempo en el que la incorporación de los ascensores no era ni mucho menos masiva. Suponen, pues, una quinta parte del total (21%), si no se tiene en cuenta que la franja siguiente, la de los pisos construidos entre los años 1970 y 1971 es la más cuantiosa (26.964). Solo en ese espacio de veinte años se edificaron casi la mitad de los pisos con los que hoy cuenta la ciudad.
Le siguen los 17.356 que datan de la década de los ochenta y los 18.378 que se edificaron en los noventa. A comienzos del nuevo siglo -en pleno bum inmobiliario en España- se anotaron 18174, mientras que el pinchazo del sector, ya a partir de 2010, desplomó la cifra a los 2531. El Ayuntamiento, para este 2020, ha identificado a más de 1.800 edificios para que se sometan a la correspondiente inspección técnica, mientras la Xunta prepara un decreto para hacerla obligatoria a todas las edificaciones que superen los 50 años.
