Tres jóvenes de origen venezolano se enfrentan a dos años y medio de prisión, y multa de 540 euros, acusados de delitos de coacciones, resistencia y lesiones, por supuestamente agredir e intimidar a un electricista que no estaba realizando una obra -el acondicionamiento eléctrico de un local destinado a taller de vehículos- al gusto de sus clientes. Los encausados exigían a la víctima la devolución del dinero que le habían dado como adelanto. El juicio estaba fijado para ayer en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo, pero se suspendió.

Los hechos se remontan a diciembre de 2017, cuando los jóvenes presuntamente propinaron golpes al electricista en el bajo donde se desarrollaban los trabajos. Entre otras intimidaciones, también amenazaron a este hombre a través de sus padres: "En nuestro país primero pegamos un tiro y después lo devolvemos en trozos". Tras ser detenidos, los acusados estuvieron dando golpes y gritando en los calabozos policiales, llegando a arrojar comida por las rejas y a orinar en la celda.