La ciudad olívica se convierte este fin de semana en todo un centro de peregrinación para los amantes de los vehículos clásicos. Centenares de joyas a motor se exhiben en el Instituto Ferial de Vigo (IFEVI), desde ayer y durante todo el día de hoy, para deleite de todos los aficionados a estos coches, motos y camiones de colección en el Salón Retro Galicia, que celebra su décima edición.

La exposición fue inaugurada ayer por el delegado de Zona Franca, David Regades, acompañado por la concejala de Empresa, Economía, Seguridad y Organización Municipal, Elena Espinosa, y por los organizadores del evento. En la apertura, David Regades mostró el Citroën XM, propiedad de Zona Franca desde el año 1999, el coche de más alta gama que fabricaba la marca francesa en aquella época. El coche, que llevaba 8 años guardado en una nave, fue reparado para la ocasión y forma parte del espacio "Con ADN de Vigo" formado por modelos producidos en la factoría viguesa PSA.

En los 6.000 metros cuadrados que hay de superficie de exposición se muestran varias marcas que, en este 2020, celebran sus efemérides. Retro Galicia conmemora con un stand especial los 110 años de Alfa Romeo. Para festejar este aniversario, varios coleccionistas de la ciudad cedieron, para la ocasión, decenas de vehículos como un GTA, un 1900 CSS, un SZ Zagato o un TZ2. Este último es considerado por los expertos una de las joyas del recinto. "A día de hoy, es un modelo valorado en 2 o 3 millones de euros, hablamos de unidades en perfecto estado, sin kilómetros por los que se llega a pagar esas cantidades en subastas", explica Jesús, un asiduo aficionado al salón vigués.

Asimismo, el ferial hace homenajes a modelos como Seat 124 Sport, que cumple 50 años o al Citroën GS y al Citroën SM, que también alcanzan el medio siglo. Además, los amantes de las motocicletas clásicas pueden disfrutar del reconocimiento a los 75 años que cumple la marca Montesa.

También, la organización quiso conmemorar ayer a los expilotos de rally Beny Fernández y Lalao Reverter, este último a título póstumo, por considerarlos "pioneros de la competición gallega de esta modalidad".

El salón cuenta con un aparcamiento de 10.000 metros cuadrados para vehículos clásicos en el que los propietarios exhiben sus bienes más preciados o bien, tratan de buscar un comprador. "Yo soy de Narón y vengo aquí para ver si vendo mi BMW 2002, un modelo del año 1973", apunta Bernardo.

Retro Galicia alberga también puestos en los que se venden piezas, parches y pegatinas, camisetas, seguros o comida. "Es una pena que no sea más grande el salón, a ver si se animan y el año que viene aumentan su tamaño", expresa Germán, un vigués fiel a la feria automovilística.

En su décimo aniversario, los organizadores estiman que la asistencia sea de 22.000 personas. La mayoría de los visitantes son gallegos, pero el salón también atrae a gente del noroeste de España y de Portugal. "Soy de Asturias y vengo siempre a Retro Galicia", asegura Abel.