"Nos ilusiona por lo que persigue el proyecto: acercar el mar a los vigueses, y nada mejor que hacerlo poniéndoles delante un acuario". Con estas palabras resume Borja Cardama la motivación que ha sentido durante la elaboración del diseño de lo que él mismo define, "por descarte, ya que ni es barco ni está del todo sumergido", un visor submarino flotante.
Complementaria del proyecto "Peiraos do Solpor" , la peculiar infraestructura ideada por el histórico astillero vigués cumple lo que buscaba la Autoridad Portuaria con un formato en apariencia sencillo. A un pantalán de 12 metros de largo por 4 de ancho se incorpora un módulo sumergido a dos metros de profundidad al que se accede por medio de unas escaleras. Con capacidad para unas diez personas, esta sala hundida dispone de ventanales dirigidos hacia el ecosistema generado por esas estructuras suspendidas de cuerdas y otras depositadas en el fondo previstas en la última fase del experimento pilotado por la Universidad.
Borja y su padre, Mario Cardama, presentaron esta semana el diseño del visor a la cúpula de la Autoridad Portuaria. Faltan todavía por definir otros aspectos técnicos importantes y determinantes para estimar su coste y el tiempo de ejecución, pero este primer diseño ya sirve para preparar la solicitud de financiación europea.
En paralelo al trabajo de Cardama, la firma israelita especializada en arrecifes artificiales, Econcrete, y expertos de la Universidad continúan trabajando en alianza. Ahora perfila nuevos diseños de estructuras con el uso de impresoras 3D cada vez más sofisticadas y selectivas para confeccionar esos jardines marinos del "Peiraos do Solpor" .
