La construcción de la ciudad deportiva del Celta de Vigo en Mos ha arrancado hoy de forma simbólica después de que Carlos Mouriño, presidente del club vigués, instalase la primera piedra del proyecto en los terrenos que ocupará en el municipio pontevedrés.

El máximo accionista del Celta ha estado acompañado en el acto por la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo; el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda; el máximo representante de la Secretaría Xeral para o Deporte, José Ramón Lete; el arquitecto encargado del proyecto, Jesús Irisarri y el presidente de la Comunidad de Montes de Pereiras, Jorge Lorenzo. También presentes el conselleiro de Medio Rural, José González Vázquez así como la expresidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor. Hugo Mallo, como capitán del primer equipo y Germán, un pequeño de 8 años que juega en las categorías inferiores del club, han representado el presente y futuro del club.

Fuera del recinto en el que Xunta, Concello de Mos y Celta de Vigo han firmado el acta de la primera piedra de la ciudad deportiva -rodeado por importantes medidas de seguridad- dos centenares de vecinos que se oponen al desarrollo del proyecto en terrenos de monte comunal se han manifestado desde primera hora junto a pancartas en las que se podían leer lemas como "a nosa traída está en loita" o "a auga e o monte son do pobo". Ataviados con bocinas y silbatos, han coreado el lema "o monte non se vende" cada vez que un invitado accedía a la zona reservada para el acto.

Mientras, dentro de la zona acotada, un centenar de personas asistían a la ceremonia que supone el inicio de unas obras que trasladarán al equipo vigués al municipio mosense. En el acto, bendecido por el obispo, no solo se han escuchado los discursos de Nidia Arévalo o Carlos Mouriño sino que también se ha enterrado una urna en la que, a modo de cápsula del tiempo, se han introducido el documento firmado y otros objetos vinculados a la historia celeste: una camiseta, los escudos del club, una grabación del himno, una placa con la palabra afouteza o un trisquel. Nidia Arévalo, por su parte, ha introducido una rosa como símbolo de Mos así como la bandera del municipio. Lete Lasa, la prensa de hoy y varias monedas.

"Esto no hay quien lo pare"

La firma del convenio a tres bandas entre Xunta de Galicia, Concello de Mos y Celta de Vigo ha ido acompañada de las interevenciones de las partes implicadas en el proyecto. Desde el arquitecto Jesús Irisarri, quien ha asegurado que el proyecto de la ciudad deportiva "no hay quien lo pare" hasta el presidente del club, Carlos Mouriño, y la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, quienes han recordado veladamente en sus discursos a los que se oponen a la construcción de las instalaciones.

"Solo estamos en la foto los que queremos al Mos, al Celta, a Vigo y a Galicia", ha dicho Nidia Arévalo, que además, aseguraba que "este proyecto va a marcar un antes y un después" para el municipio porque "traerá más comercio, ocio y empleo". "El sueño se va haciendo realidad. Se inicia un camino esperanzador", ha apuntado la regidora mosense.

Carlos Mouriño, por su parte, ha recordado parte del proceso que ha llevado al club a construir la ciudad deportiva en Mos, atacando de paso a los que se oponen al proyecto: "En diciembre de hace dos años se firmó un acuerdo para el proyecto de Mos al que el Concello de Vigo no puso impedimentos", ha dicho el presidente del club vigués para añadir poco deespués que "no están aquí los que incumplieron el pacto. Los mentirosos", apunta Mouriño.

Además, el máximo accionista del club ha anunciado que cuando terminen las obras de construcción, el equipo de máxima categoría será el primero en trasladarse a las nuevas instalaciones.

Polvareda política y judicial en torno a la ciudad deportiva

La colocación, este sábado, de la primera piedra de la ciudad deportiva del Celta viene precedida de una polvareda política y judicial cuyo último episodio es una denuncia contra la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo (PP), y el presidente del club, Carlos Mouriño, por presunta prevaricación y cohecho.

La entidad denunciante, la comunidad de montes de Tameiga, esgrime que la firma de un convenio entre ayuntamiento y club y su posterior aprobación inicial en el pleno municipal podría ser constitutiva de un delito de prevaricación al "pretender asegurar la adjudicación del proyecto a favor" del Celta.

Argumenta que el proceso para formalizar los convenios promovidos por personas no propietarias de los terrenos deberá contar con la participación en el procedimiento de al menos el 50% de los propietarios y que ostenten facultades dominicales sobre los terrenos.

El Celta ya ha anunciado que responderá con una querella contra esta comunidad de montes por denuncia falsa y otro tipo de irregularidades.

Mientras, la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, ha avanzado que ante "semejante barbaridad" está valorando con los servicios jurídicos de la casa emprender acciones legales contra este colectivo, con el que mantiene un largo enfrentamiento por la ciudad deportiva del Celta y por otros asuntos.

Uno de ellos es el envío de falsos recibos del agua en vísperas de las pasadas elecciones, que Arévalo saca ahora a colación para replicar a los denunciantes que "los que están en el juzgado investigados" por estos hechos son miembros de la directiva de esa comunidad de montes.

La alcaldesa de Mos subraya que la ciudad deportiva del Celta está "avalada por la legalidad", y por si esto no bastara, añade que "el mayor referéndum sobre este tema" fueron las pasadas elecciones municipales, en las que su candidatura, que incluía este proyecto como su iniciativa estrella, obtuvo la mayoría absoluta.

Critica la politización de este asunto, y como ejemplo recuerda su reciente denuncia del patrocinio y apoyo económico por parte de la Diputación de Pontevedra, presidida por la socialista Carmela Silva, a un acto contra el "pelotazo" urbanístico para dar cabida en el ordenamiento territorial de Mos a la ciudad deportiva del Celta.

Hace escasamente dos semanas el Parlamento de Galicia rechazó una proposición no de ley del Grupo Común da Esquerda contra esta modificación puntual del plan general que apoyaron todos los grupos de la Cámara salvo el PP, que gracias a su mayoría absoluta tumbó esta iniciativa.

Desde el Ayuntamiento de Vigo se presentaron alegaciones al proyecto, lo que provocó la respuesta airada del presidente del Celta, Carlos Mouriño, quien acusó al alcalde, el socialista Abel Caballero, de "dañar" la relación entre las instituciones y de forzar la salida del club de la ciudad olívica.

Caballero, que casi nunca ha contestado públicamente a Mouriño, sí ha acusado en repetidas ocasiones al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (PP), de pretender "llevarse" al club de Vigo a Mos.