La experiencia y la innovación de Aquática respaldan a su director como representante español en el grupo impulsado por la Asociación mundial para la infraestructura del transporte por agua (PIANC) que determinará las normas de diseño de rompeolas flotantes en todo el mundo.

-¿Qué implica esta designación?

-Esta asociación integra a profesionales de todo el mundo en ingeniería portuaria y costera. Y una de sus labores es crear grupos de trabajo que generan los estándares o metodologías que el resto de ingenieros seguimos y que a veces también se incluyen en los pliegos. Los rompeolas flotantes son estructuras que se utilizan para dar abrigo a los puertos en lugares donde no están muy expuestos al océano como las rías. Son capaces de dar abrigo porque el oleaje es menos energético. En Galicia tenemos bastante experiencia en estos proyectos y por eso nos interesó estar en el grupo y también aceptaron nuestra candidatura.

-Supone también un reconocimiento al trabajo de la empresa.

-Desde hace años, es una línea de trabajo en Aquática Ingeniería que también incluye proyectos de investigación sobre el comportamiento de estas estructuras. En estos momentos, junto con las empresas Ronáutica Quality Marinas y Ad Hoc Smart Solutions, estamos haciendo ensayos en los laboratorios del centro tecnológico Citeec de la Universidad de A Coruña para desarrollar un modelo numérico que nos permita calcular los esfuerzos de los distintos elementos. Estos muelles son un sistema complejo integrado por varias piezas de hormigón flotante que van unidas y pueden pesar entre 60 y 80 toneladas cada una. Y se fondean con cadenas y fondeos elásticos o mediante pilotes con algún sistema de amortiguamiento.

-¿Les preocupa la búsqueda continua de mejores soluciones?

-Así es. En los últimos años hemos implantado como novedad en Galicia los fondeos con un pilote que lleva en su interior un sistema de amortiguado del esfuerzo. Hemos montado diques de este estilo en la marina de A Toxa y el puerto pesquero de Fisterra y ahora estamos trabajando para la Cofradía de Pescadores San Francisco de Bouzas. Tienen una pequeña instalación en el extremo del relleno que está semiexpuesta al oleaje y este tipo de solución ayudará a mejorar su funcionalidad. Será un muelle pequeño, con dos piezas de 20 metros de largo y 4 de ancho. Y creo que el constructor lo montará en diciembre.

-¿Quiénes son los principales clientes de este tipo de infraestructuras?

-Autoridades portuarias o concesionarios privados con un emplazamiento en aguas semiprotegidas. Estas estructuras no pueden instalarse en A Guarda pero sí en medio de una ría.

-¿Cuáles son las mayores dificultades de estos proyectos?

-Este tipo de infraestructuras tienen muchísimas ventajas a nivel ambiental respecto a un dique tradicional porque no requieren dragados ni rellenos. El impacto durante la construcción es casi nulo y, al ser un elemento flotante, tiene una afección muy pequeña en las dinámicas marinas respecto a otras estructuras, además de un coste mucho más económico. Uno de los retos es entender el funcionamiento hidrodinámico y de amortiguamiento del oleaje en todas las circunstancias porque estamos buscando los límites de aplicación tanto en esfuerzos para atenuar el oleaje como en supervivencia. Y ya estamos empezando a hacer estructuras para emplazamientos más energéticos y complicados en los que funcionan muy bien el 95% del año, pero hay un 5% del tiempo en el que no son capaces de amortiguar el oleaje. La idea es que durante ese periodo aguanten y no tengan que ser desmontadas.

-¿El impacto ambiental es una de las principales preocupaciones?

-Nada tiene un impacto cero pero sí es cierto que el de una estructura flotante es casi nulo durante la construcción, a igual que son menores los efectos morfológicos o en el comportamiento de las playas. Es una tecnología más adecuada que las tradicionales.

-La rías son un laboratorio excepcional para la empresa.

-Son un emplazamiento perfecto porque tenemos un mar muy bravo fuera de la costa y cada vez más calmo hacia el interior. Hay muchas estructuras de este tipo en la Ría de Vigo, en la de Pontevedra y en Arousa. Las empresas de los países nórdicos fueron las primeras en adoptar este tipo de soluciones para los fiordos. De hecho, las primeras obras que se hicieron en Galicia tenían elementos importados de allí. Nosotros trabajamos fundamentalmente con Ronáutica Quality Marinas, que han apostado por tener una planta de prefabricados en Cee, en la Costa da Morte. Con ellos estamos trabajando en varios proyectos, sobre todo en EE UU, donde está el mercado más fuerte para este tipo de instalaciones. Y el punto neurálgico es el estado de Florida. La idea es avanzar en temas de innovación para luego ser competitivos a nivel mundial. Esta semana estuve en la feria náutica europea de Ámsterdam, METS, y me sorprendió la repercusión del grupo del PIANC. Me felicitó mucha gente de diferentes partes del mundo.

-¿Tienen proyectos en otras zonas de España?

-Hemos desarrollado proyectos en Andalucía y Cataluña, pero los emplazamientos son más complicados para este tipo de tecnología.