Dar un paseo por Vigo es viajar al futuro y situarse en la cena de Nochebuena o en la mañana del 25 de diciembre abriendo regalos. El espíritu navideño invade la ciudad olívica, que ya cuenta con el 70% de las luces instaladas en 334 calles y con el montaje de las estructuras del árbol gigante, el muñeco de nieve y el regalo de la Gran Vía, finalizados.
De Vigo al cielo, vecinos y visitantes podrán disfrutar de la Navidad desde las alturas. La noria gigante, en construcción desde el 8 de noviembre en el Areal, comenzará a girar el 24 de noviembre. La atracción luce ya el 50% de su estructura, que medirá 62 metros de altura y tendrá una capacidad máxima de 192 personas distribuidas en 48 cestas, desde las que se divisará el mar y zonas como Cangas o Moaña. Observar esas vistas costará entre cuatro y cinco euros, algo menos para los vigueses que tengan la PassVigo.
El cronómetro de Porta do Sol dicta los pasos de los obreros que se afanan en ultimar los ensamblajes con miles de bombillas que conforman los diez millones de leds. El imponente árbol de Navidad se erigió ayer a gran velocidad y ya luce en su totalidad junto al sireno. El gran regalo vigila las obras de la Gran Vía y el muñeco de nieve espera ya a centenares de niños en Rosalía de Castro. La última estructura en ser instalada fue la bola gigante de la farola de Urzáiz, que se empezó a montar ayer por la noche ante la presencia de algunos curiosos y que se finalizará hoy.
El logo Vigo en el que se representan los cuatro elementos de la Navidad viguesa estará en dos photocalls de dos metros que todavía no han sido instalados, uno ubicado en Urzáiz y el otro en la plaza de A Pedra, para que los turistas inmortalicen la visita.
La gran envergadura de los puntos emblemáticos provoca el corte del tráfico en zonas como en el cruce entre la calle Colón y Concepción Arenal y la recién cortada Rosalía de Castro, entre República Argentina e Inés Pérez de Ceta. Estas restricciones se mantendrán hasta el 20 de enero de 2020, desviándose la circulación a través del túnel de Beiramar.
La ciudad olívica se convertirá en una Laponia itinerante que espera por sus cincuenta cañones de nieve artificial, sin instalar, y por sus 58 puestos de alimentación, artesanía y hostelería del mercadillo navideño de la Plaza de Compostela, aún en obras. También, las casetas de O Calvario y las diez de la calle Londres esperan a ser montadas. La pista de hielo retrasa su llegada, sin comenzar su instalación ni tener confirmada todavía su fecha de apertura.
