Irene Villa mantiene desde hace 28 años la premisa de "relativizarlo todo y vivir el día a día". La periodista, psicóloga y escritora, además de integrante del equipo nacional de esquí alpino adaptado, ofreció ayer en Afundación una conferencia titulada "As barreiras polas ti" dentro de su ciclo "Educación Século XXI".

"Los límites están en nuestras mente, las peores cadenas son los pensamientos negativos y el miedo es el que nos impide cumplir los sueños. Mi máxima es que solo hay que mirar al pasado perdonando y agradeciendo; al futuro, con esperanza y optimismo; y, al día a día, con alegría y disfrutando de lo que hacemos. Se nos olvida que los más importante es disfrutar del camino", adelantaba sobre el contenido de su charla.

Villa, que sufrió un grave atentado terrorista cuando tenía 12 años, asegura que ha cumplido todos sus retos deportivos, profesionales y personales "por no tirar la toalla". "Conseguir lo que uno se propone es cuestión de autoconfianza, disciplina y de no perder la esperanza por mucho que te caigas", sostiene.

"Mantener la autoestima en su lugar es trabajoso, porque es sumamente frágil. Debemos recordar nuestras fortalezas y mantenerlas vivas. Yo lo hago porque es mi trabajo, pero todos tenemos que cambiar el lenguaje en el que nos hablamos. Se tiende a buscar el defecto en lugar de la virtud, a autoflagelarse y autocompadecerse. Pero en nuestra mano está recuperar la autoestima y sacar nuestra mejor versión", anima.

Su vida es un ejemplo de superación y sus charlas destilan verdad. "He dado conferencias para gente con discapacidad y me comentaban que les decía lo mismo que sus psicólogos pero a mí me creían. Los valores de los que hablo son los de toda la vida pero los vídeos y las fotografías que muestro son impactantes. A todos nos suceden cosas en la vida, pero hay que relativizar. Durante un viaje con familias que tienen niños con cáncer pensaba: 'Y yo he estado un año mal por mi separación'. La clave está en poner el foco en la solución, no en el problema".