Todo listo para que la actividad en los muelles vigueses estrene un sistema de trabajo sin parangón en España por su ruptura con el esquema arcaico que pese a los cambios normativos en el sector se mantienen en la mayoría de los puertos nacionales. Desde ayer las empresas del extenso entramado de la comunidad portuaria de Vigo saben que a partir del día 23 el servicio de prestación de servicios de estiba y desestiba pasará a funcionar con los cambios históricos aprobados el pasado 14 de junio por accionistas y sindicatos de la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) reconvertida ahora en otra S.A. llamada -como avanzó FARO- Serviport Noroeste Centro Portuario de Empleo (CPE). Una nueva sociedad que les ofertará servicios a costes más competitivos por la combinación de una rebaja salarial de su plantilla fija de estibadores y la incorporación de otros en formación de salarios más bajos junto a una mayor productividad por jornal. Solo falta por comprobar si estos alicientes surten el efecto pretendido: aumentar los tráficos actuales y captar nuevos.
"Este es el objetivo, de lo contrario no tendría sentido nada de lo conseguido", resumían ayer fuentes cercanas a la Sagep sin poder evitar su optimismo respecto a ese "antes y después" que marcará, confían, ese 23 de septiembre. A este empeño han dedicado estos meses de verano en los que han perfilado lo más complicado del acuerdo que sellaron accionistas y sindicatos en junio y que era cómo aplicar "esas mejoras de funcionamiento" que comenzaron a fraguarse cuando Maersk decidió en 2016 recortar rutas en Vigo para derivarlas a Marín y en el último año se aceleraron tras la millonaria multa de Competencia a la Sagep por prácticas monopolistas.
De todos los cambios operativos respecto a lo que ha venido informado puntualmente este periódico, las citadas fuentes inciden en el inicio efectivo del jornal de los estibadores "con el que se ganarán hasta 30 minutos". Porque en lugar de contar a partir de que fichen en su sede del número 9 de la calle Areal, lo harán a pie de muelle o de barco, según la operativa. Para confirmar su presencia en la zona de trabajo emplearán una aplicación móvil que incluye localización GPS.
A aumentar la productividad se dirige también la reducción de los equipos mínimos de trabajo y sobre todo la posibilidad de que los operarios consuman las horas que restan de un jornal en un segundo barco. Esto que parecería normal en cualquier otro sector en el de la estiba era habitual justo lo contrario, que el operario se fuera para casa al finalizar su trabajo en el buque asignado previamente.
Aunque de difícil comprensión para alguien ajeno a los muelles, las citadas fuentes insisten en que la clave de los costes más competitivos residen más en esas medidas de "flexibilidad" que en la rebaja salarial de la plantilla, de un 15% para los 102 estibadores. En este sentido aseguran que influirá más en las tarifas que pueda ofertar la terminal de contenedores la incorporación de 20 operarios en formación destinados a este muelle al cobrar un sueldo respecto a los veteranos de hasta un 30% inferior.
Este sistema de funcionamiento nace abierto. El planteamiento inicial es testarlo durante los tres meses que restan para acabar el año, y en función de los resultados, evaluar si necesita más mejoras.
