El cielo de Peinador se ha teñido en la mañana de este martes de negro: una columna de humo emergía desde el interior del aeródromo, al otro lado de la terminal de bomberos, justo 10 minutos antes de que aterrizara un avión de Air Nostrum procedente de Bilbao.

En ese mismo punto, los bomberos estaban realizando prácticas de extinción. Este tipo de ejercicios son habituales: prenden fuego en una estructura de avión y logran sofocar las llamas en menos de un minuto.

El objetivo: prepararse en caso de accidentes como el ocurrido a comienzos del pasado mes de mayo: el vuelco de un camión de bomberos que se accidentó en las proximidades de la cabecera 19 durante la revisión de pista que se realiza cada mañana antes de que el aeródromo iniciase su actividad obligó a cerrar el aeropuerto vigués durante más de tres horas; o el registrado en Peinador en 1994: catorce pasajeros heridos, tres de ellos de gravedad, fue el balance del accidente de avión de la compañía de Aviaco cuando, en la mañana del 21 de marzo de 1994, cubría el primer vuelo de la jornada que conectaba la terminal de Barajas en Madrid con el aeropuerto de Vigo.