No importa el colegio electoral. Ni la mesa. Ni el barrio o distrito. Si el domingo se abriese cualquiera de las cientos de urnas que se desplegaron por Vigo la mayoría de los sobres de su interior contendrían papeletas del PSOE. La candidatura que encabezaba Abel Caballerode la ciudad, una marca histórica con la que se resarce de las cinco que se le resistieron en 2015, los anteriores comicios municipales, cuando ya había alcanzado una holgada mayoría de 17 ediles.
Los socialistas ganaron por goleada incluso en caladeros de votos del PP. Ocurrió por ejemplo en el centro del casco urbano. Hace cuatro años el PSOE quedó como segunda fuerza en tres de las nueve mesas situadas en Casa das Artes, en Policarpo Sanz, y en el Colegio Hogar Afundación, en la calle Filipinas. Juntos, los tres distritos más céntricos de la ciudad -un área que abarca el Casco Vello, García Barbón, Casablanca, Llorones, Gran Vía, Traviesas, Orillamar y Torrecedeira- aportaron al PP algo más de 11.300 votos, el 40% de todos los que logró. El domingo los mismos distritos arrojaron 5.700 papeletas, apenas el 28% de las 20.500 obtenidas por los populares.
¿A dónde fueron a parar esos antiguos votos del PP? A la candidatura encabezada por Caballero, que experimentó la tendencia opuesta en los tres distritos del centro. Si en 2015 había cosechado 20.300, lo que representaba el 28% de su apoyo electoral, el domingo, cuatro años después, los sufragios rozaban ya los 29.300 y el peso sobre su respaldo total ascendía al 30%.
En algunos casos el trasvase es más que evidente. En el primer distrito (centro, Casco Vello y García Barbón), por ejemplo, el PP perdió 1.631 votos y el PSOE ganó 1.680. Algo similar ocurre en la segunda área electoral. Lejos quedan los resultados de las elecciones municipales de 2007 -las que auparon a Caballero a Praza do Rei en coalición con el BNG-, cuando el PP logró en los tres distritos del corazón del casco urbano casi 26.000 sufragios y los socialistas apenas arañaron 11.600. Entre 2015 y 2019 la candidatura de Caballero logró aumentar un 40% su volumen de apoyos en los barrios más céntricos, mientras la de la popular Elena Muñoz se desplomó entre el 37% y más de un 60%, dependiendo del distrito.
El análisis electoral elaborado por el PSOE de Vigo constata que, salvo en García Olloqui-Praza de Compostela, en todos los colegios electorales del primer distrito el PSOE cosechó la mitad o más de la mitad de los votos. En el segundo y tercero ocurrió en el 100% de los puntos de votación, alcanzándose niveles de respaldo aplastantes que sobrepasan el 70%.
El respaldo masivo a Caballero no se limitó en cualquier caso al centro urbano. Según el balance elaborado por los socialistas, el PSOE acaparó más del 70% de los votos en la mayoría de mesas de Coia, Balaídos, Lavadores, Candeán, Cabral, Matamá, Beade, Teis y Navia. Allí su grado de respaldo sigue siendo muy superior al del centro de Vigo, rozando en varios casos el 80% de apoyo.
Si hay un distrito en el que los socialistas vieron dispararse su éxito fue sin embargo el noveno, conformado por el cinturón que abarca Navia, Comesaña, Alcabre, Oia, Coruxo y Saiáns. Durante los comicios de 2015 Caballero obtuvo allí algo menos de 6.400 votos. El domingo fueron 11.600, un repunte notable, del 81%, que muestra que en menos de un lustro el PSOE casi consiguió duplicar su apoyo en la zona.
El contundente respaldo a la lista de Caballero en áreas del rural vigués choca con las críticas de la oposición, que durante la pasada legislatura acusó al Gobierno local de descuidar las parroquias. El aval a los socialistas fue contundente también en puntos como Coia, donde en 2015 se vivió una agria polémica por el traslado del barco Alfageme a una rotonda del barrio; o en Teis, cuyo movimiento vecinal exige mejoras, como la regulación del tráfico pesado o la urbanización del acceso de la AP-9. "No quiero que se atribuya este éxito político a unas siglas; ganó Vigo", destaca Caballero.
A pesar del desplome que sufrió el domingo, el PP ha conseguido mantenerse como segunda fuerza en la mayoría de las 375 mesas electorales. Solo hay 37 en las que se vio adelantada por Marea o BNG, partido este último que ha ganado peso con respecto a 2015.
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