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Los desahucios repuntan con 192 familias afectadas, la cifra más alta desde el 2011

El servicio denota también demandas por insalubridad, ruidos de mascotas u "okupaciones"

Ni se aplazan, ni se suspenden ni mucho menos, desaparecen. Las estadísticas de desahucios al término del primer trimestre del año revelan un notable incremento, situándose como el más elevado desde el año 2011. Y es que durante estos tres meses, los lanzamientos remitidos por los juzgados civiles al Servicio Común de Notificaciones y Embargos para ejecutar alcanzaron los 192, casi la mitad de los casos registrados en todo el año pasado. Este dato no solo evidencia las consecuencia de la huelga de funcionarios judiciales -quedando paralizadas miles de demandas y por lo tanto reduciendo el trabajo habitual de las salas- sino también pone de manifiesto la dificultad de cientos de familias o vecinos para hacer frente al pago de la hipoteca de su vivienda, la renta de su alquiler, bajo comercial, garaje, trastero, etc.

Desde la oficina situada en el Casco Vello, reconocen que el inicio de año siempre es el que registra mayor acumulación de casos, ya que durante el mes de diciembre o principios de enero, la falta de personal por vacaciones, obligando a posponerlos para los meses de febrero y marzo. Si bien los datos de años anteriores revelan un notable crecimiento del volumen de desalojos. Así, frente a la tendencia descendente del último lustro, en la actualidad la cifra ronda la máxima de la década, registrada en 2011 con 199 desahucios. Estos 192 contabilizados desde enero suponen casi la mitad del total de los lanzamientos remitidos para ejecutar en todo el año pasado, con 405.

El impago de las mensualidades en el alquiler ya supone la práctica totalidad de estas demandas frente a las ejecuciones hipotecarias instadas por los bancos. Pero además de esta falta de liquidez, fuentes del Servicio denotan otras situaciones que generan el desalojo de un vecino o familia de su domicilio. Desde problemas de convivencia comunitaria por razones de insalubridad del inquilino (síndrome de Diógenes, etc.), hasta ruidos por las mascotas o incluso "okupas", cuya presencia -según explican en la oficina- se ha visto incrementada, sin provocar graves situaciones aunque sí una dilación del proceso debido a la dificultad de identificar a los moradores. También se han registrados casos en los que tras un divorcio o separación, uno de los cónyuges se negó a abandonar el domicilio familiar obligando a la otra parte a interponer dicha demanda para instar su marcha.

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Embargos

En el caso de los embargos, la tónica es similar a años anteriores. Las cifras de embargos de bienes se mantienen estables, centrados en pisos, fincas o chalets que posteriormente salen a subasta a través de la página web de la Agencia Tributaria.

También es habitual que se embargue el salario o saldos de bancos o incluso barcos y vehículos. A este último respecto, desde la oficina señalan que no es corriente ya que generan poca rentabilidad al perder su valor en poco tiempo.

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