Un plan de hostigamiento que se materializó con un aluvión de mensajes de WhatsApp y llamadas telefónicas. Y que ha acabado en condena. El Juzgado de lo Penal 2 de Vigo ha impuesto el pago de 2.700 euros de multa y otros 1.500 de indemnización a la mujer que bombardeó con mensajes, llamadas y correos electrónicos a la novia de su excompañero sentimental. Un "incesante" acoso que produjo una "grave alteración" en la vida de la perjudicada y que le afectó en su lugar de trabajo, ya que la acusada llegó a presentarse allí para hablar con el jefe sobre "cuestiones personales" de la víctima, lo que conllevó la adopción de medidas de control específico en la empresa sobre ella.

El juicio se celebró en enero. La magistrada concluye que S.C.D., sin antecedentes penales, es autora de un delito continuado de acoso. Junto a multa e indemnización, le prohíbe comunicarse o aproximarse a la perjudicada durante un año. La resolución concreta que la "acción de hostigamiento" de la condenada hacia la pareja de su ex, con la que buscó "imponer su presencia de manera insistente y reiterada", se prolongó durante casi un año: desde el 1 de octubre de 2016 hasta el 31 de agosto de 2017.

La pericial hecha computó que realizó a la víctima 522 llamadas con número oculto, 19 desde un teléfono fijo y 16 desde un móvil. También le remitió 72 correos electrónicos y, en relación a los wasaps, aunque no se cita la cifra en el fallo, en el escrito de acusación se señalaba que habían sido algo más de 3.800. "Perdona que te moleste, pero dónde dejaste tu dignidad como mujer?", "Cómo consientes que se ría tanto de ti?", "cómo puedes creerte tantas babosadas, jajajaj, que se [lo] cree una niña tiene un pase, pero lo tuyo después de todo es de desesperado, en serio baja a la tierra, es un consejo" o "a ver si te das cuenta que nunca le gustaste" son algunos de los textos remitidos.

Una conducta "incesante"

La jueza ve acreditado los hechos por la declaración de la víctima y de varios testigos, entre ellos los jefes de esta mujer o un compañero de trabajo que relató que su teléfono móvil "no paraba de sonar". "En dos minutos recibía dos o tres llamadas", contó. También por los propios mensajes. En la sentencia se concluye que el hostigamiento era "incesante" y a "cualquier hora", lo que provocaba que la afectada se sintiese "controlada" y "humillada", sin poder llevar una vida normal y viendo expuesta su "vida personal" en el trabajo. Contra el fallo todavía cabía recurso.