Las iglesias, recintos religiosos o casas rectorales se han convertido en objetivo de ladrones y asaltantes. En el último año, las fuerzas de seguridad registraron cerca de medio centenar de denuncias en Vigo y comarca -la Guardia Civil contabilizó hasta 41 en toda la provincia mientras que la Policía Nacional tuvo conocimiento de otras 7 en la urbe olívica- por robos con fuerza que afectaron tanto a piezas de la sacristía como elementos orfebres, esculturas o más especialmente, dinero de los cepillos o recaudaciones.

No hace falta retroceder muchas jornadas para encontrar el último caso en la ciudad. El pasado 26 de febrero los vecinos de la parroquia de Liñares, en Canido, se despertaron con la sustracción del cruceiro de piedra que presidía la entrada a la iglesia. En concreto, el o los ladrones se llevaron además de la cruz, el fuste, que lograron soltar de la base "arrancándolo de los hierros", tal y como reconocía el párroco don Benito el mismo día de los hechos. La Policía Nacional continúa con las investigaciones para dar con los responsables.

El esclarecimiento de este tipo de saqueos no siempre resulta fructuoso ya que en muchas ocasiones los objetos son vendidos de inmediato a terceras personas a través del mercado ilícito. Desde la Guardia Civil confirman que la mitad de las denuncias que fueron interpuestas por estos saqueos se resolvieron, un total de 23 casos el año pasado. Como resultado de estas operaciones, los efectivos detuvieron a 17 personas de las cuales seis fueron investigadas.

Dos de los casos más llamativos tuvieron lugar en el mes de enero con Beade y Santa Tebra (Tomiño) como escenarios. Agentes de la Policía Nacional detuvieron a dos varones de 19 y 20 años que robaron varios objetos de la capilla del hospital Álvaro Cunqueiro mientras la pareja de uno de ellos estaba dando a luz. En concreto, los agentes les intervinieron casi un sagrario de metal, conteniendo en su interior un copón (recipiente similar al cáliz) y una teca, valorada en más de 1.000 euros. Ambos arrestados contaban con antecedentes policiales, uno de ellos más de 34 a pesar de su juventud.

En cuanto al caso de la parroquia tomiñesa, efectivos de la Guardia Civil lograron recuperar un cáliz sustraído de la iglesia en 1984 tras casi nueve meses de investigación. Fue el actual párroco del lugar, don José Luis quien halló la pieza en una web de coleccionistas. "Supe de inmediato que era el nuestro por las inscripciones que contenía; pedían 1.200 euros", reveló Blanco el pasado 19 de enero tras recibir de manos del sargento Pablo Piñeiro el antiguo objeto.

Hurtos de bajo calado

Si bien desde la Diócesis de Tui-Vigo no cuentan con un dato exacto sobre el número de robos acaecidos en la ciudad viguesa durante el último año, estiman que la cifra ronda los "15 o 16", pero advierten que no son todos los que ocurren. "En muchas ocasiones no se denuncian porque se trata de pequeñas cantidades de dinero del cepillo entonces nos lo comunican pero no denunciamos", reconoce a FARO don Andrés Fernández, delegado de Patrimonio e Arte Sacra.

En este punto también hay que destacar los casos en los que pese a las pericias de los ladrones, sus actos son descubiertos in situ por feligreses o el propio cura. La Guardia Civil contabilizó 9 tentativas de robo en la provincia el año pasado.