La bronca ocurrida en una velada de boxeo en el pabellón municipal de Bouzas hace dos años ya solo está pendiente de sentencia. El Juzgado Penal 1 de Vigo acogió ayer el juicio que sentó en el banquillo al exboxeador Roberto D.P. y a la que era delegada de la Federación Gallega de Boxeo en el evento, Gemma A.R. El fiscal pide para el expúgil 21 meses de cárcel al acusarle de propinar un puñetazo a la mujer después de que ella, para la que solicita multa de 480 euros, supuestamente le diese una bofetada. Las defensas, mientras, demandan la libre absolución. El motivo del altercado fue que el expúgil se había acercado al ring a atender a su hijo -que disputaba el combate y había caído KO- y la delegada le advirtió de que no podía estar allí y que debía dejar que interviniese el médico.

Ocurrió la noche del 18 de marzo de 2017. Ambos acusados defendieron su inocencia. Roberto D.P. relató que tras caerse su hijo fue a auxiliarlo y que escuchó unos "gritos" tras él. "Yo estaba absorto en el crío, que estaba conmocionado, y al darme la vuelta estaba Gemma increpándome. Me insultó y me dio una bofetada en la cara; la aparté, la empujé, y me fui al vestuario con mi hijo", dijo, negando que hubiese dado un puñetazo a la mujer o que le escupiese o insultase. También rechazó que entorpeciese la labor del médico: "Yo estaba cualificado para atender al chaval, pero no le impedí [al facultativo] hacer su trabajo". Sobre su estado aquella noche, describió que estaba "muy nervioso" y "desbordado" a causa de su hijo.

La versión de Gemma A.R. fue distinta. Contó que estuvo advirtiendo "continuamente" a Roberto de que no podía estar allí y que él profirió "insultos machistas" contra ella, le "escupió" y se "encaró". "Hice aspavientos para apartarlo y me dio un gancho", describió, negando que el gesto de ella hacia él fuese una bofetada. La mujer, que en aquella fecha estaba embarazada, afirmó que tras la agresión "no podía cerrar la boca ni hablar bien" y que el médico del combate tuvo que atenderla allí. Añadió que a día de hoy no puede comer ciertos alimentos y tiene dificultades para masticar.

También comparecieron una decena de testigos. El árbitro principal de la velada describió así lo sucedido: "Gemma le dio un tortazo y Roberto se lo devolvió, le dio otro". El presidente de la Federación contó que el expúgil estaba "súper alterado", pero no presenció el momento de la agresión. Y el médico dijo que el acusado le prohibió "en actitud amenazante" atender al hijo y refrendó la versión de la delegada. Un espectador, mientras, contó la misma secuencia relatada por Roberto.

Sobre las lesiones de la mujer, la forense concretó que el traumatismo le causó una "reagudización" de una patología previa y que las secuelas se deben esa disfunción temporomandibular que ya sufría. El fiscal -que incidió en que unos vídeos grabados aquella noche refrendan su acusación- pide que Roberto indemnice a la delegada con 900 euros y que ella le pague a él 60.