Jaime Carrera Rafael sonríe cuando describe las sobremesas en casa de sus progenitores. Desde muy pequeños él y su hermana Carmen empezaron a sumergirse en el mundo de las leyes de la mano de su padre, el magistrado Jaime Carrera Ibarzábal. El juez llegaba al domicilio y les contaba a su esposa y a sus dos hijos cómo había sido la jornada judicial. Y de vez en cuando los llevaba como público a algún juicio interesante. Así que no es raro que estos hermanos, que confiesan divertidos que manejan complicados vocablos jurídicos desde muy temprana edad, tuviesen claro desde jóvenes que querían seguir sus pasos. Y así fue, aunque optaron por diferentes ramas del derecho. Jaime hijo, de 37 años, es abogado. Y su hermana, de 38, es letrada de la Administración de Justicia (secretaria judicial). Solo la madre es ajena a este mundo, ya que se formó para maestra. Bueno, eso en teoría, ya que, como destacan sus hijos, de tantas conversaciones familiares sobre la materia "deberían convalidarle unas cuantas asignaturas de Derecho". "En casa tenemos muchas discusiones constructivas, nos planteamos dudas, puntos de vista... Y ella también opina. Sabe más que muchos abogados", afirman.

Jaime Carrera padre es desde 2001 presidente de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, la sala civil con sede en Vigo. Natural de Redondela y de 70 años, su trayectoria profesional empezó en Carrión de los Condes (Palencia), donde nacieron sus hijos. De allí, antes de volver a Galicia, se fue a Bilbao, al frente de uno de los entonces denominados juzgados de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Eran años complicados a causa de la banda terrorista ETA y llegó a necesitar escolta policial.

Se confiesa "muy orgulloso" de que sus hijos, que como él estudiaron Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, hayan seguido sus pasos. "Los dos son estupendos y están contentos por lo que optaron: él abogado y ella letrada de la Administración de Justicia", dice este magistrado, que relata que, en casa, le gusta tener largas conversaciones sobre una profesión que le apasiona. "Estamos comiendo y quieras o no terminas hablando de tu trabajo", añade, convencido además de que alguno de sus tres aún pequeños nietos también "caerá": "Es lo mismo que con mis hijos, viven en el mismo ambiente de leyes y justicia".

Su hijo Jaime lleva ya 15 años como abogado. Este letrado intentó preparar oposiciones, pero admite que duró "muy poco tiempo". "Apenas estuve unos meses, no era lo mío", dice. Así que orientó su actividad laboral a la abogacía. Empezó en Redondela y su mentor, destaca, fue el letrado Luis Orge. "Me enseñó la metodología y el funcionamiento", afirma este jurista que, entre las materias que lleva, está cada vez más enfocado a la mercantil, al mundo de las empresas. De hecho, también es administrador concursal desde hace una década.

Carmen, solo un año mayor que Jaime, es en la actualidad la letrada judicial del Juzgado de Primera Instancia número 12 de Vigo, especializado en Familia. Su destino anterior fue Tui. Ella sí que decidió opositar. Jornadas de diez horas diarias, con solo un día semanal de descanso, durante más de cuatro años que le permitieron, con 27 años, aprobar los duros exámenes. Su padre fue su preparador. Aunque no le hubiese disgustado ser jueza, por cuestión de conciliación familiar, de cara a ser madre, prefirió prepararse para letrada de la Administración de Justicia. Y fue, confiesa, "un acierto", ya que la profesión ha ganado competencias. "Tenemos más peso y responsabilidad", valora.

Ahora los tres, cada uno en su campo, ejercen en Vigo. Incompatibilidades mediante -el padre por ejemplo no puede dictar sentencia de un asunto en el que sea abogado su hijo- , llevan con satisfacción haber enfocado sus trayectorias en una misma dirección.