Hace 500 largos años se produjo una hazaña iniciada por el navegante portugués Fernando de Magallanes y culminada por el explorador vasco Juan Sebastián Elcano que cambiaría el rumbo de la historia: ambos formaron parte de la primera expedición que dio la vuelta al mundo. Para conmemorar este logro, Vigo acogió ayer un acto solemne organizado por la Armada en el que se inauguró un monolito conmemorativo de aquella odisíaca travesía acompañado de un arriado de la bandera nacional en presencia de la Banda de Música y una Compañía de Honores de Alumnos de la Escuela Naval Militar de Marín a los que se unieron más de un centenar de curiosos.

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Monolito de honor a la hazaña de Magallanes y Elcano

En esta cita señalada estuvieron presentes el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga; el alcalde Abel Caballero; la conselleira do Mar, Rosa Quintana y el almirante de la Flota, Manuel Garat, entre otras autoridades. "Estoy orgulloso de descubrir un monolito que es la historia de este país. Debo reconocer a la Armada el gesto de erigirlo en el puerto de Vigo porque los puertos unen territorios, culturas y valores", afirmó el alcalde, al mismo tiempo que recordó que "hace 500 años del devenir de una nación que fue capaz de trazar las rutas para el conocimiento y el encuentro de los países". Por su parte, Quintana destacó la labor de Elcano del que apuntó que "llegó a Sanlúcar de Barrameda en septiembre de 1522 con los 18 hombres que quedaban de la tripulación que formaba la expedición, de los cuales tres eran gallegos".

La conselleira aprovechó también la ocasión para alabar la figura de Gonzalo de Vigo (que posee una estatua conmemorativa en el jardín de Portocultura a pocos metros del nuevo monolito), un marino vigués que desertó de la expedición de Magallanes, convivió cinco años con los indios de Las Marianas y fue clave como intérprete en la colonización de las islas del Pacífico. El presidente de la Autoridad Portuaria, que además es reservista naval, tuvo unas emotivas palabras para los miembros de la Armada y todos los presentes, a los que explicó que "Galicia y Vigo no pueden disociarse nunca del mar y de la Armada y que actos de este tipo recuerdan la importante presencia de los gallegos en la historia marítima de España".

Antes de descubrir el monolito y de que se marchase la Banda de Música tocando una pieza, Garat expresó su "gratitud a los marineros que hace cinco siglos contribuyeron a construir un mundo mejor" y su orgullo como marino por el logro español de trazar "la primera ruta comercial transoceánica de la historia que estuvo bajo dominio nacional casi sin oposición durante más de 200 años".

El acto concluyó con una multitudinaria conferencia del almirante en el edificio de Sesiones del Puerto sobre "el mar, España y la Armada", donde destacó logros de las fuerzas navales como el desembarco anfibio, además de reconocer que gracias a su formación en la Escuela Naval de Marín y sus estudios de controlador naval en la ciudad olívica, "en Vigo me siento como en casa".