Vigo ambiciona ser miembro del selecto grupo de ciudades distinguidas con el "Access City Award", un premio anual que concede la Comisión Europea a las urbes más accesibles para personas con alguna discapacidad o avanzada edad, mejorando así la calidad de vida de la población acercando el patrimonio cultural y recursos a cualquier persona. Y este año podría ser clave, ya que la candidatura viguesa ha logrado colarse en la final de estos galardones, que se entregarán el 4 de diciembre en Bruselas.

Así lo comunicó ayer Marianne Thyssen, comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Habilidades y Movilidad Laboral a través de las redes sociales. En total fueron 52 las solicitudes que recibieron y entre las que destacaron, además de la de Vigo, los proyectos de la ciudad de Breda (Holanda), Evreux (Francia), Gdynia (Polonia) y Kaposvar (Hungría) con quienes se medirá en la final.

¿Cuáles son los méritos de la urbe viguesa para ser capital accesible? Sus grandes bazas parten de las humanizaciones -con la rebaja y ensanche de las aceras- y el proyecto Vigo Vertical, que precisamente ansía la creación de una urbe accesible para cualquier ciudadano.

Las primeras acciones de esta estrategia puesta en marcha por el Concello fueron el ascensor que une Camelias con Menéndez Pelayo o las escaleras mecánicas entre Abeleira Menéndez y Porta do Sol.

El próximo proyecto en iniciarse será la conexión entre la calle San Salvador, que prevé la instalación de un ascensor y la cinta mecánica de Gran Vía, ya licitado. El ascensor acristalado entre Torrecedeira y Marqués de Valterra también es ya una realidad.

Pero además de grandes infraestructuras, destacan también pequeñas actuaciones o adecuaciones de espacios. La ciudad cuenta con semáforos acústicos y pasos de cebra con resaltes en línea que indican una intersección en el vial y puntos que distinguen la zona de tráfico rodado de la de peones.

También el transporte público opera con estas características. La flota de taxis cuenta con 15 vehículos adaptados que operan también con el programa municipal BonoTaxi, que el año pasado ayudó a 112 usuarios, mientras todos los buses de Vitrasa cuentan con plataforma baja y rampa eléctrica. Las plazas para coches de personas con alguna minusvalía escalaron a 714.

A estos servicios también hay que añadir las sillas anfibias para discapacitados en varias playas de la urbe -que en 2017 tuvo un total de 884 usos-, el jardín sensorial de Castrelos, diseñado para ciudadanos con discapacidad visual o la rehabilitación de viviendas para la instalación de ascensores.

Si bien todavía resta "mucho por hacer", son varios los colectivos que dan su aprobación a estas mejoras. "Si miramos hacia atrás, las mejoras son enormes,; en general con las humanizaciones se mejoró muchísimo, como del día a la noche. Se piensa más en accesibilidad. Tenemos que tener en todas las administraciones la mentalidad de que la accesibilidad ayuda a todos", contempla la presidenta de APAMP Conchi Somoza.