El primer programa de edificación forzosa con el que el Concello quiere erradicar del centro de la ciudad los solares vacíos que acumulan maleza y los edificios en ruinas que afean entornos históricos vio ayer la luz en la Gerencia de Urbanismo y arranca los trámites para incorporar las primeras 26 propiedades identificadas como susceptibles de incorporarse al programa para construir nuevas viviendas y contribuir a moderar los precios del mercado libre. Este instrumento que la nueva Lei do Solo pone en manos de los municipios de más de 50.000 habitantes para ordenar mejor sus espacios urbanos se pone en marcha en la urbe olívica por las zonas de Casco Vello, Bouzas y El Ensanche. Estos son los enclaves prioritarios de actuación, pero ayer mismo el alcalde, Abel Caballero, dejó claro que la voluntad es extender el proyecto a más barrios donde haya bolsas de suelo urbano paralizadas desde hace una década por motivos económicos, desavenencias entre los herederos de la finca o simple falta de interés por promover los proyectos inmobiliarios previstos.

El primer bloque de la lista se ubica en Areal y es un viejo conocido de los técnicos de Urbanismo. Ubicado justo en la esquina de La Paellera, los dueños del edificio 34 llevan más de un lustro recibiendo advertencias y multas para tapiar los accesos a la propiedad y realizar obras de seguridad. Al no responder a ninguno de los avisos, se ha puesto el foco en este bloque de 800 m2 y muy próximo a edificios catalogados como posible incorporación al programa de edificación forzosa al igual que otra ruina en el número 12 de la misma calle y el solar vacío en Alfonso XIII 36 que afea una zona pendiente ahora de una importante remodelación con la obra del Centro Vialia.

Los propietarios serán notificados para que durante un periodo de información pública de veinte días puedan presentar alegaciones. Tendrán que documentar el desarrollo urbanístico de la parcela y si no están interesados en aprovechar los derechos edificatorios, en el plazo máximo de un año el Concello podrá convocar una subasta pública para poner el suelo en manos de promotores o particulares que quieran construir. "Queremos evitar el deterioro urbano y que haya parcelas en pésimo estado en el centro", destacó ayer Abel Caballero.

La iniciativa se fija en áreas muy concretas e identificables de la ciudad como la esquina en piedra en Praza da Constitución parcialmente vallada con una lona de La Panificadora o los números 19 y 21 de Rogelio Abalde que contribuyen al deteriorado aspecto de Cervantes. En Real queda aislado sin reformar el número 20 y en Ferrería los bloques 43 y 49. Es el Casco Vello donde más inmuebles serían susceptibles de pasar al inventario municipal para cambiar luego de manos siendo Perigos con tres construcciones la calle con más fincas afectadas. En Subida ao Castelo, donde está actuando el Consorcio, hay otras dos propiedades con las que no se llega a acuerdos y se incorporan tres en rúa Alta que tienen partida una manzana con mucha demanda de vivienda. Poboadores, Sombrereiros o un edificio en Joaquín Yáñez del que solo se conserva la fachada que está apuntalada en un entorno muy céntrico para la hostelería también entran en el ámbito "primordial" de actuación por parte de Urbanismo, cuyos técnicos pusieron el foco también en otro inmueble en ruinas que hace esquina en Vázquez Varela 14. Por ahora en Bouzas solo se incorpora una propiedad en la rúa Pazo tapiada desde hace años.