De aceras estrechas a grandes plazas peatonales. De calles diseñadas para el paso de vehículos a avenidas de uso exclusivo para viandantes. Vigo ha sufrido una profunda transformación urbanística en las últimas dos décadas -sobre todo a partir de 2008- en favor del peatón, que ha ganado peso en el día a día de la urbe olívica. Y lo seguirá haciendo. Los grandes proyectos municipales -rampas mecánicas de Gran Vía, reforma de Porta do Sol o paseo interior en Plaza de América- que verán la luz en los próximos meses están encaminados a que la vida en la ciudad esté dominada por los vecinos y no por los coches. Los arquitectos y urbanistas de Vigo aplauden el cambio de rumbo dado por el actual gobierno local. "Pasamos de ser un municipio arisco para los caminantes a estar en un notable alto en peatonalización. Es para estar muy contentos y ver el futuro con optimismo", destaca Álvaro Visier.

Su caso es muy particular. Hace algo más de doce años abandonó la ciudad rumbo a Londres, Catar y Emiratos Árabes para desempeñar diferentes proyectos profesionales. Ahora, ya de vuelta, pone en valor la transformación urbanística. "La metamorfosis es espectacular. El barrio histórico, por ejemplo, está precioso y los vigueses tienen diferentes lugares de encuentro repartidos por todo el casco urbano. Solo hay que ver lo especial que es el encendido navideño. Vigo ahora dispone de muchísima más vida gracias a la presencia de los peatones", asegura.

Su padre, Juan Ángel Visier, fundó hace casi 40 años el estudio Visier Arquitectos y ha vivido la completa transformación de la urbe. "Se ha dado un paso de gigante. La primera línea de mar se puede considerar peatonal y ahora se está ganando terreno hacia el centro", valora. Además, para él Vigo tiene unas peculiaridades que dificultan todavía más la ejecución de grandes proyectos urbanísticos. "La orografía de esta ciudad es muy compleja. Todas las cuestas que hay, el estar rodeada de montes... No es fácil desarrollar obras como la de Porta do Sol", apunta el mayor de los Visier.

Para muchos profesionales Pontevedra es el ejemplo a seguir. El diario británico The Guardian publicó recientemente un reportaje sobre el hecho de que por su centro urbano ya no circulen coches. "Es el camino que debe tomar Vigo", explica Alejandro González, de EAU Arquitectura. En su opinión, no solo los viandantes son los grandes beneficiados de la apuesta por la peatonalización en la ciudad. "Los comercios reciben más visitas y los bares y restaurantes consiguen más clientes porque la gente sale mucho más a la calle", comenta el arquitecto, que subraya la necesidad de mejorar algunos aspectos a corto plazo. "Hay que habilitar más aparcamientos subterráneos e incentivar el uso del transporte público", indica.

Pedro de la Puente es el arquitecto encargado de cambiar por completo la fachada del estadio de Balaídos. Para él, la recuperación de calles y plazas era "una apuesta necesaria" del ejecutivo local y alaba la mejoría de numerosos barrios de la ciudad. "Solo hay que ver las zonas de O Calvario o Montero Ríos para darte cuenta de su importancia. Han pasado de ser lugares degradados a espacios de esparcimiento para niños, jóvenes y mayores", asegura. De la Puente considera que una urbe peatonalizada es una urbe mejor. "Vigo es ahora mucho más humano que hace diez o quince años y ese es el camino que debe seguir en el futuro", apostilla.

Las obras para cambiar por completo la cara de Porta do Sol arrancarán en 2019. Al igual que ocurrirá con la instalación de las rampas mecánicas en Gran Vía y la reforma de Plaza de América. Los vecinos dispondrán de nuevos espacios de ocio, que se sumarán a los ya conocidos en Príncipe, la parte alta de Urzáiz o el entorno del Náutico. Una manera de construir ciudad en beneficio de quienes pasean por sus calles.