Los hidroaviones no suelen pasar desapercibidos. El estruendo que profieren sus hélices, sus llamativos colores, sus 20 metros de largo y sus 12.000 kilos de peso les confieren una contundente envergadura. Tampoco suelen ser buena señal: cuando uno de ellos carga agua es porque la aliviará sobre alguna zona en llamas.

La presencia de una de estas aeronaves esta tarde en la ría de Vigo disparó la alerta. Sin embargo, no se percibía ninguna masa de humo en el horizonte. Tan solo un aeroplano anfibio realizando maniobras en la ensenada de San Simón.

Sus vuelos captaron la atención de un grupo de amigos vigueses que se encontraban pasando la tarde en un barco. "Vimos que el hidroavión daba varias vueltas, como si estuviese haciendo prácticas", describía Carlos García. En un de sus descensos sobre el mar, el grupo percibió que la aeronave continuaba su recorrido a ras de la superficie con rumbo fijo hacia Rande. "¿Va a pasar por debajo de puente?", se preguntaban atónitos.

Y así ocurrió, para su asombro. La aeronave cruzó el puente muy cerca del pilar sur del viaducto, en el extremo de Redondela. La maniobra también debió de sobresaltar a los conductores que en ese momento circulaban por la autopista, ya que en cuanto el avión superó la estructura se elevó en el aire.

Desde Medio Rural confirman que se trata de vuelos de entrenamiento que realizan los pilotos como preparación para realizar cargas en distintos puntos de la geografía gallega. Señalan que es una circunstancia habitual y que además estas aeronaves están autorizadas para realizar este tipo de ejercicios en cualquier lugar, siempre que no afecten al tráfico de ningún aeropuerto.