Ciento seis fábricas de la industria del automóvil, la mayoría de la comarca de Vigo, se han quedado de buenas a primeras sin compañía eléctrica. Naturgy (la antigua Gas Natural Fenosa) acaba de comunicarles que rescinde sus contratos al no poder trasladarles a su factura la subida del precio de la luz, según ha podido saber este periódico. Estas 106 plantas, a través del servicio de negociación agrupada de electricidad que el Cluster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) viene realizando desde 2003, renovaron hace apenas tres meses y por un año el contrato con Naturgy, con la que pactaron un precio fijo del kilovatio hasta julio de 2019. Pero la compañía catalana esgrime ahora que no puede mantenerlo y prefiere pagar una penalización y romper el contrato.

"Nos lo comunicaron hace unos días; ahora tenemos que convocar a las empresas, comunicárselo e iniciar una nueva negociación", reconocieron a FARO fuentes del clúster. La suspensión del contrato de Naturgy afecta en concreto a 60 fábricas con acceso de alta tensión y a 46 de baja tensión, por lo que prácticamente la totalidad del sector de componentes de automoción de Galicia está impactado (la fábrica de Vigo del Grupo PSA no participa en la negociación agrupada de electricidad de Ceaga). A mayores de la automoción viguesa, otros grandes clientes de la compañía energética, como el grupo constructor y de servicios ACS, Pontegadea (la sociedad patrimonial del dueño de Inditex, Amancio Ortega), Mutua Madrileña o AC Hoteles se han visto en similar situación.

Gas Natural es desde hace quince años (incluso antes de la compra de Fenosa) el principal suministrador de energía eléctrica de los proveedores gallegos. El clúster inició las compras agrupadas en 2003 con apenas seis empresas pero los descuentos obtenidos en el precio de la tarifa pronto hicieron que este servicio se extendiese a la práctica totalidad de los fabricantes de componentes y auxiliares representados por Ceaga. De hecho, el último contrato con Naturgy se cerró a principios del verano, por un periodo de un año (hasta julio de 2019), asegurando un precio fijo de la electricidad para 106 fábricas. Pero el consorcio que preside Francisco Reynés ha decidido resolver el acuerdo porque no puede mantenerlo al dispararse el precio de la electricidad por la menor producción de las renovables este año, el encarecimiento de los hidrocarburos y las penalizaciones a las térmicas -que han tenido que incrementar su producción- por las mayores emisiones de CO2.

A través de una carta, Naturgy comunicó hace unos días a Ceaga la rescisión unilateral del contrato, que incluye una cláusula "de salida" siempre y cuando se pague una penalización que el grupo energético catalán ya se ha comprometido a abonar (le compensa abonar esa penalización a mantener el precio acordado con el centenar de fábricas, según fuentes consultadas). En negociaciones anteriores, el clúster llegó a negociar un volumen de 130 gigavatios-hora (GWh) que representa una facturación anual de 11,8 millones de euros, con ahorros de en torno al 12% sobre el precio estándar. Desde que se inició el servicio de negociación agrupada, los ahorros conseguidos rondan el 40%.

Las compras en grupo son una práctica que comenzó hace años en la automoción viguesa, pero que la crisis y la subida de los precios de las materias primas han intensificado para obtener mejores precios en bienes y servicios, una cuestión clave para la competitividad, sobre todo en las pymes (pequeñas y medianas empresas). Para esta misión, el clúster cuenta con un área de compras agrupadas, cuyo ámbito de actuación se centra en productos masificados y estándar (telefonía, viajes, material de oficina, servicios de logística, etc.), y en el que la energía representa el mayor reto por el volumen de gasto que implica. En otras negociaciones, como en los servicios de telefonía fija y móvil, Ceaga logró descuentos para las empresas adheridas de hasta el 60%.