La reforma de la autovía A-55 no estará lista este mes, la fecha comprometida por el anterior Gobierno para finalizar las obras. El Ministerio de Fomento reconoce que "la gran mayoría" de las mejoras realizadas en el vial que conecta Vigo y Porriño no entrarán en servicio hasta octubre. Antes, solo prevé activar algunos de los trabajos realizados. El departamento de José Luis Ábalos apunta además que "quedaría pendiente" la obra de la pasarela de Cabral, donde será necesario mover tendido eléctrico.

"El desarrollo de las obras hasta la fecha permite prever que, a lo largo del mes de septiembre, varias de las actuaciones queden ya en servicio con su geometría final y, a lo largo del mes de octubre, la gran mayoría de las restantes", avanzan desde Fomento, que aclara en cualquier caso que el calendario está "condicionado" por factores como la meteorología.

"Quedaría pendiente la actuación correspondiente a la pasarela de Cabral, en la que es preciso el movimiento de una línea eléctrica de media tensión", detalla el ministerio: "Además, las labores de aglomerado se están haciendo de noche para causar las menores molestias posibles a los usuarios".

Las obras de la A-55 tienen como objetivo mejorar la seguridad del tramo Vigo-Porriño, que soporta el "punto negro" con más heridos de las autovías de España según los estudios realizados por Automovilistas Europeos Asociados (AEA). El último balance de siniestralidad vial publicado por el propio ministerio, con datos de 2016, muestra que solo durante ese año se registraron 73 accidentes con heridos en un tramo de apenas 11 kilómetros comprendido entre Vigo y Porriño.

El dato podría ser mayor -el balance solo incorpora incidencias con lesionados-, pero supone el 40% de todos los anotados en la red provincial de autovías. Entre este tipo de viales y tramos de autopista sin peaje, Pontevedra suma 109 km.

Para atajar esa preocupante siniestralidad, en mayo de 2015 Fomento licitó un contrato de obras por 8,1 millones de euros que contemplaba un plazo de ejecución de 19 meses. El anuncio se publicó en el BOE bajo el título "Adecuación y mejora de la seguridad vial. Autovía A-55. Tramo: Vigo-Porriño". La adjudicación se efectuó el 8 de octubre, cuando el Boletín Oficial publicó que se había adjudicado la reforma por 5,98 millones. La adjudicación se formalizó semanas después, el día 28, y se publicó en el BOE el 26 de noviembre. A finales de octubre el entonces Secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez Pomar, se trasladaba a Mos para escenificar el arranque definitivo de los trabajos.

Poco antes de que expirase ese plazo de 19 meses Fomento anunció sin embargo que posponía la finalización de las obras un año más, hasta septiembre de 2018. La razón que alegó entonces el ministerio -dirigido por Íñigo de la Serna- era "la presencia de servicios afectados", como líneas eléctricas, de alumbrado o cableado de la Dirección General de Tráfico. Su intención era "minimizar afecciones".

A pesar de ese segundo compromiso y de que los estudios que alertan sobre la siniestralidad del vial seguían sucediéndose, los trabajos en la A-55 permanecieron paralizados durante meses. La falta de avances visibles en la autovía llevó incluso al Concello de Mos a salir a la calle para reclamar la reactivación de la reforma. Tras las quejas de colectivos e instituciones, las obras de mejora se reanudaron en marzo de 2018, cuando faltaba medio año para que finalizase el plazo de ejecución prometido.

Desde entonces los cambios en la A-55 han sido visibles. A pesar de los avances, sin embargo, el conjunto de la reforma no estará listo este mes. Por la autovía circulan a diario más de 63.000 vehículos, volumen que desciende a cerca de 39.200 en el acceso a Vigo.

Al margen de la reforma de la A-55 para mejorar su seguridad, en primavera el anterior Gobierno presentó un proyecto para ejecutar una autovía alternativa. El proyecto, que rondaría los 340 millones, se ejecutaría con un mecanismo extrapresupuestario de colaboración público privado: el Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras (PIC). El nuevo Ejecutivo apuntaba esta misma semana que "no hay intención de anular ningún proyecto" incluido en esa planificación.