"Estar casi solos en el zoo y ver a pocos metros a animales que aparecen en los documentales es impresionante". Así resumió Alberto Couso, un padre de familia con dos hijas, su estancia en la acampada familiar durante el pasado fin de semana en Vigozoo, una actividad enmarcada dentro de la programación de "Camiño a camiño".

Un grupo reducido de 30 personas, entre los que se encontraban 16 niños de distintas edades, pudieron caminar por las instalaciones de manera diferente, observando las especies casi cara a cara y escuchando las exhaustivas explicaciones de Ana y Beni, los monitores del proyecto.

"A mis hijas, Eire y Naya, de 5 y 7 años, les fascinaron las mariposas, ya que pudimos ver nacer a algunas y nos detallaron las fases de su crecimiento", aseguró Couso. Los osos y los tigres también fueron dos de los animales que más agradaron a sus pequeñas.

El sábado uno de los ejercicios fue la elaboración de una nave espacial colaborativa entre padres e hijos con spaguettis, celo y nubes como material de construcción. "La nave la hicimos porque los monitores nos contaron una historia imaginaria en la que debíamos simular que la tierra sería destruída por un meteorito", detalló Couso.

Después de una visita guiada por el parque a media tarde, el grupo observó las estrellas cuando cayó la noche, aunque el tiempo inestable dificultó la labor.

Al final de la jornada, los asistentes se deleitaron con la experiencia de dormir en el zoo, donde contaron con literas en el albergue de A Madroa para poder descansar. "Repetiría sin dudarlo, ver el zoo desde otra óptica no tiene precio", concluyó ilusionado Couso.