Las altas temperaturas hacen aflorar a las serpientes. Por ello, la Policía Local recibió ayer dos llamadas alertando de la presencia de estos reptiles en dos viviendas: una en Matamá y la otra en Candeán.

En el primer caso, la culebra bastarda se había introducido en un canalón de aguas pluviales de una casa en la calle Abade Juan de Bastos. Los agentes tuvieron que desmontar el conducto, a golpe de martillo y taladro, para extraer al animal. Una vez fuera, resultó ser un ejemplar de notable envergadura: un metro y dieciséis centímetros.

La intervención en Candeán fue más sencilla, ya que la serpiente se hallaba en el jardín de una de las viviendas de la urbanización Altavista de Candeán.

Ambos ejemplares fueron devueltas a su hábitat natural, debido a que las culebras bastardas son una especie protegida. Este tipo de serpientes pueden ser agresivas: se yerguen como las cobras y sisean. Son venenosas aunque su mordedura no es peligrosa para el ser humano.