El vigués C.P.B. se confesó ayer en el Juzgado de Penal 3 autor de un delito de coacciones a su expareja y otro de daños, y aceptó una condena de 9 meses de cárcel y dos años y medio de alejamiento. El ingreso en prisión se suspende siempre y cuando cumpla la prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 200 metros de ella, durante un plazo de dos años y medio. Además, aceptó una multa de 120 euros y abonará 100 euros a su expareja por los daños casados y 156 por los daños a su vehículo.

El acusado reconoció que el 17 de agosto de 2016 acudió a la frutería donde trabajaba su expareja y, con ánimo de obligarla a hablar con él, le gritó "que esto no se acaba aquí, que si esto se acaba aquí, lo acabo yo, zorra", y a continuación dio un golpe en el mostrador y tiró la fruta que estaba a la venta. Esa misma tarde tras cruzarse con ella, él se bajó de su coche y rompió una ventanilla del vehículo de la víctima.