Delitos contra la Hacienda Pública, homicidio por imprudencia, tráfico de drogas que causan grave daño a la salud. Aunque son de distinta naturaleza y no todos dolosos, la comisión de estos ilícitos cuentan con una consecuencia común para el acusado: una sentencia condenatoria lo aboca al cumplimiento de una pena privativa de libertad. Pero no todos los encausados están por la labor de cumplir años entre rejas. Cuando las vías de apelación y recurso se agotan solo queda una salida para evitar el ingreso en prisión: fugarse. Así lo han hecho al menos medio centenar de condenados. Y es que los Juzgados de Vigo tienen emitidas más de 50 órdenes de búsqueda, detención e ingreso en la cárcel contra aquellos condenados que han eludido la acción de la Justicia.

Una vez el fallo se vuelve firme, y la sala ejecuta la sentencia, se otorga un plazo de diez días naturales para que el penado ingrese de forma voluntaria en la cárcel. La gran mayoría de reos así lo hacen, pero hay otros que optan por poner tierra. Es el caso de los hermanos Manuel y José Alfredo Hermida, sobre los que pesan al menos tres requisitorias. La primera data del mes de enero mientras la última está activa desde hace dos semanas.

Fueron condenados en tres ocasiones por fraude fiscal además de contar con causas todavía en investigación o pendientes de resolución de recurso. En uno de estos procedimientos abiertos, en concreto el que lleva el Juzgado de Instrucción 2 -aunque el caso lo instruye la jueza de la sala 5-, se les requirió como medida cautelar la entrega de los pasaportes para evitar su salida del país, según confirmaron fuentes de la Fiscalía. Su fuga reabre ahora la posibilidad de que empleasen documentos duplicados o falsificados.

Este ejemplo guarda grandes similitudes con otra de las fugas más mediáticas en Vigo, la del cabecilla de la trama de Las 5 Jotas, José Manuel Costas Estévez. El vigués debía haber ingresado en prisión en junio de 2016 tras ser condenado por delitos de falsedad en documento mercantil a una pena máxima de seis años en prisión.

Las órdenes de busca fueron emitidas tanto por el Juzgado de lo Penal 1 como por el Penal 3 pero no ha llegado a pisar ni un solo día el penal de A Lama. Costas figura entre los 50 fugitivos más buscados por la Europol.

Otra fuga que conmocionó a la ciudad fue la de Jorge Luis Sosa, más conocido como "Makelele" en 2011. El boxeador, que tras cumplir su pena y obtener la libertad fue detenido recientemente por la muerte de su padre en Miami, fue condenado a la pena de tres años y nueve meses por el homicidio imprudente de Manuel García y Dolores Iglesias en un accidente de coche la noche del 11 de enero del 2008 en Jenaro de la Fuente. El Juzgado de lo Penal 1 emitió entonces una orden de búsqueda contra él y, tres años después, recibió un comunicado de EE UU confirmando su presencia en el país e iniciaron el proceso de extradición.

No todas las órdenes de búsqueda o requisitorias que dictan los juzgados son para el ingreso en prisión. Es más, solo equivalen a un tercio del total. Las notificaciones de suspensión o citaciones para su presencia en un juicio son las causas más habituales. Así, entre las tres salas penales de la ciudad suman más de 70. Fuentes consultadas confirman que una vez se inicia un procedimiento judicial contra alguien "este debe ponerse a total disposición del juzgado, dar un domicilio en el que localizarse, un teléfono y si incumple estas citaciones, se ordena su búsqueda".

Reconocen también que las fugas que no superan el año suelen terminar con la "detención" del prófugo, no así las superiores al año. "En este caso, el delito termina prescribiendo. Tuvimos un caso muy curioso. Uno de nuestros requisitados acudió a la embajada española en EE UU a solicitar un documento y nos llegó el aviso. Pero la pena no solo había prescrito, sino que el delito esta ya despenalizado", explican. "Cada semana se añaden a la lista entre uno y dos imputados y se dan de baja la misma cifra", matizan estas mismas fuentes.