En el mes de noviembre, con los embalses en mínimos históricos y discrepancias públicas entre la Xunta y el Concello sobre la calidad del agua de la traída en la ciudad, la captación de refuerzo desde el Verdugo a Eiras se planteaba como una obra imprescindible que debía ejecutarse de forma inmediata. Ambas administraciones pactaron su ejecución por la vía de urgencia para acortar plazos y tener garantizado el suministro si este verano se repetía un episodio de sequía prolongado. Pero con las primeras lluvias del año la Consellería de Medio Ambiente anunció que la tramitación del proyecto se realizaría por la vía ordinaria al levantarse la alerta por escasez de agua en la Cuenca Galicia Costa. Lo que sucede es que cinco meses y medio después de la firma del convenio que se realizó en los últimos días de diciembre, la Xunta no informa sobre el punto en que se encuentra el expediente, si se han resuelto o no las alegaciones o la fecha prevista para iniciar la obra.

El pasado 10 de abril FARO solicitó al departamento de Beatriz Mato información sobre las alegaciones presentadas al trazado de la conducción y el calendario que se manejaba para su ejecución. Tras un mes sin respuesta, la primera semana de mayo se reiteró la consulta a Medio Ambiente para conocer los avances en el trasvase. Pero de nuevo se opta por no informar sobre ningún aspecto de la obra y por ahora no figura entre los proyectos que se encuentran en licitación en la web de Aguas de Galicia.

El gobierno local de Vigo dejó la ejecución del proyecto en manos de la Xunta por entender que sería más rápido al ser una actuación que afecta a varios municipios. El convenio que se intercambiaron las dos administraciones cifraba el coste del bombeo en 5,48 millones de euros de los cuales el Concello aportaría 4,3 y la Xunta los 1,1 restantes -el 20% del total-.

Ante la falta de noticias para garantizar el aporte extra de alrededor de 350 litros por segundo a la presa de Eiras, en el mes de enero el PSOE presentó una moción al Pleno respaldada por el PP para instar a la Xunta a acometer el trasvase y garantizar así el abastecimiento en caso de una nueva sequía extrema. El alcalde a título individual volvió a reclamar detalles concretos sobre el proyecto durante los meses de febrero y marzo, pero desde entonces nada ha trascendido más allá del recurso presentado por Ponte Caldelas y el rechazo de Soutomaior a esta actuación. Si se atendieron o no sus alegaciones o las de cualquier otro colectivo es algo de lo que la Xunta no informa.

En su día se limitaron a aclarar que se trataba de un refuerzo puntual para el sistema de Eiras y que al cambiar su tramitación a la vía ordinaria los plazos se dilatarían, sin llegar a ofrecer en ningún momento una fecha aproximada. Aunque se saque a licitación de forma inmediata, con la presentación de ofertas la adjudicación se podría dilatar hasta finales de verano y puede que el bombeo no llegase a tiempo para el próximo otoño o invierno.

Al margen de esta solución transitoria para acometer situaciones de emergencia, el gobierno vigués mantiene su petición de explorar una solución a largo plazo para afrontar el aumento de demanda de agua en el área de Vigo con un trasvase permanente o bien trayendo agua desde el Miño, una opción mucho más costosa pero que llegó a ponerse sobre la mesa.