"Me dio clase a finales de los 80 y ya era un docente muy innovador, yo creo que sin pretenderlo. Nos proponía trabajos experimentales y salíamos al campo a buscar nuestros datos. Nos dejamos cautivar por la Fisiología Vegetal y varios alumnos de mi generación y de la anterior nos convertimos en sus discípulos, hicimos la tesis con él y hoy somos miembros de su grupo. Yo quise volver después de 6 años fuera", relata Nuria Pedrol, que también es actualmente vicedecana de Ciencias del Mar.

A pesar de ejercer puestos de responsabilidad y de su intensa actividad investigadora, el profesor Reigosa "siempre buscaba un hueco para escucharte y echarte una mano, y además te daba libertad". Ella está segura de que seguirá actuando así si es elegido rector: "Es una persona que te inspira tranquilidad y confianza. Es muy sabio, con mucha experiencia y un talante afable que hace mucha falta en la Universidad. Sabe mucho de ciencia, pero también de la vida interna de la institución y de su historia. Esta visión retrospectiva e integradora puede ser muy interesante".