La imagen de juzgados vacíos, vistas aplazadas y señalamientos sin fecha próxima contrasta con la de la agenda de los sindicatos y funcionarios. Y es que ayer fueron tres los actos reivindicativos que llevaron a cabo en su lucha contra "la discriminación laboral" de la administración que se alarga ya 15 jornadas y suma cerca de 1.000 juicios suspendidos. La sede territorial de la Xunta y los exteriores de los dos edificios judiciales fueron el escenario de las protestas que tuvieron como protagonista al coronel "Antonio Tejero". Coincidiendo con el 23-F, cerca de un centenar de trabajadores y miembros de sindicatos simularon el "golpe de Estado" que hizo enmudecer al Congreso 37 años después.

Ataviados con dos tricornios de fabricación casera, bigote falso y dos pistolas de juguete -los megáfonos fueron un añadido improvisado-, dos portavoces del comité de huelga emularon al teniente coronel e irrumpieron en los exteriores del edificio judicial al grito de "manos arriba, esto es un atraco". "Se trata de un golpe de Estado contra la Xunta, no solo por los recortes, sino por los continuos ataques a la justicia gallega, por ejemplo las plazas que se amortizan, casi el 5% del total", aseveró Pablo Valeiras al término del acto.

Como viene sucediendo desde el inicio de la huelga, el paro judicial fue máximo. En los tribunales vigueses solo operan los servicios mínimos y un centenar de funcionarios se dieron cita la mañana de ayer durante las reivindicaciones. "Nos sorprende muy gratamente este seguimiento, vemos que la gente continua apoyando los actos que se programan y no fallan; son ellos los que nos dicen que no demos un paso atrás. Estamos más juntos que nunca", añade Valeiras. Por su parte, la Xunta cifra en un 46% los trabajadores que en Pontevedra han secundado el parón.

Horas antes de esta representación, los huelguistas se concentraron en la sede de la Delegación Territorial de la Xunta en Praza da Estrela donde colapsaron la recepción de escritos con la presentación de cientos de enmiendas en las que solicitaban el anticipo de la nómina -hay que recordar que cada trabajador pierde de su sueldo una media de 70 euros por cada día de huelga- o la dimisión del director general de Función Pública José María Barreiro, entre otras peticiones. El acto solidario vino de la mano de la asociación Vida Digna, a quienes los trabajadores hicieron entrega de varios kilos de comida y alimentos para los más necesitados.

Hoy continuarán los actos reivindicativos con una gran manifestación en Santiago en la que participarán funcionarios de las cuatro provincias gallegas. Desde los juzgados vigueses saldrán cuatro autobuses con capacidad para 200 personas además de muchos más trabajadores que se movilizarán a la capital gallega en sus propios vehículos.