La segunda jornada de huelga ininterrumpida de 48 horas de los estibadores se está desarrollando en el puerto de Vigo con inactividad total y un seguimiento del 100 % de los trabajadores, según han informado fuentes sindicales. Los operarios de la estiba están realizando, como hicieron ayer, un recorrido por el muelle comercial, las oficinas de la Autoridad Portuaria y la terminal de Bouzas, y al mediodía tienen prevista una concentración ante la sede de la SAGEP.

El presidente del puerto, Enrique López Veiga, informó ayer del desvío de dos buques y volvió a advertir de que el derecho a huelga "tiene límites". También de que el colectivo de los estibadores "no tiene apoyo social ni la simpatía" de la gente, habida cuenta de que sus peticiones son "claramente excesivas".

Los muelles vigueses vivieron ayer el primero de los dos días de huelga en la estiba con una inactividad total. Sin cargueros con contenedores atracados en Guixar ni de vehículos en Bouzas, los trabajadores se limitaron a recorrer durante la mañana unas instalaciones portuarias vacías a consecuencia de una movilización que llevó a navieras como Hapag- Lloyd o UECC a cancelar sus escalas y a otras tantas a retrasar sus barcos. Por efecto de esta reprogramación de operaciones, el Puerto espera para este viernes -a las 8.00 horas concluye la protesta-, una arribada escalonada de hasta nueve buques que obligará a redoblar los esfuerzos de las compañías para que recintos como el boucense no acaben colapsados. Precisamente ante la previsión de este escenario, Suardiaz apuró desde el lunes los movimientos de sus buques para garantizar el funcionamiento de la Autopista del Mar, clave para el suministro y exportación de la planta de PSA. Su armador, Juan Riva, entiende que una conexión marítima auspiciada por la Unión Europea y subvencionada por los gobiernos francés y español no debería exponerse a un conflicto de esta magnitud por lo que ha solicitado por carta a Puertos del Estado que la incluya para siempre entre los servicios mínimos de una huelga.

"Sé que lo he pedido tarde para esta vez, pero tengo que preverlo para el futuro", razona Riva. Los paros celebrados la semana pasada en horas alternas no supusieron un gran inconveniente para despachar a tiempo sus buques, "pero una huelga así continuada de 48 horas, donde tienes que convencer a los clientes de que su carga queda en tierra, nos mata". Considera su armador que la autopista del mar "ya debería de estar incluida de oficio entre los servicios mínimos" al tratarse de una conexión "estratégica" para la industria local además del fuerte respaldo económico que recibe del Estado. "Por tanto, el Gobierno si está apostando por la ruta y pone dinero para mantenerla que menos que ser consecuente", alega para justificar que se proteja "siempre" con ese blindaje legal de futuras movilizaciones.

Riva no entiende que la ruta a Francia carezca de la misma consideración que líneas marítimas del sur español que, a diferencia de la viguesa, transportan carga pero también acompañada por los transportistas, una modalidad denominada Ro-Pax. "Esto es una contradicción cuando Bruselas apoya la autopista del mar por contribuir a retirar el tráfico pesado de las carreteras comunitarias", zanjó.

El CEO del Grupo Suardiaz lamentó que el Gobierno "no hiciera caso" en su día de su misma solicitud pero formulada por la Autoridad Portuaria. En este sentido, el presidente del Puerto ya anunció ayer que insistirá en la petición para incluir la línea en los servicios mínimos, aunque ahora la principal preocupación de Enrique López Veiga es lo que pueda ocurrir mañana. "El acúmulo de actividad es importante. Habrá problemas y retrasos porque no tendremos capacidad para atender a todos los buques, 9, en tiempo. Me preocupan de manera especial los transportistas por su coordinación con la logística de las fábricas. Sufriremos las consecuencias", alertó.