Pocas horas después de que se produjera el fatal accidente, el presidente de Comboios de Portugal, Manuel Queiró, confirmaba que eran cuatro las víctimas mortales en el descarrilamiento del convoy, entre ellas el maquinista.

El periódico portugués Jornal de Notícias daba a conocer el nombre del conductor del Tren Celta que vio truncado su viaje entre Vigo y Oporto: José Arnaldo Moreira, cuyo cuerpo tuvo que ser recuperado de la cabeza locomotora por los bomberos destinados al lugar del siniestro.

El mismo medio luso ofrecía más datos del fallecido: de 45 años de edad, era natural de Barroselas, en Viana do Castelo, aunque residía en Ermesinde, una localidad perteneciente al ayuntamiento de Valongo, en la zona norte del distrito de Oporto.

José Arnaldo Moreira llevaba 22 años conduciendo trenes, una dilatada trayectoria que fue destacada por el ministro de Fomento en Funciones, Rafael Catalá, en las declaraciones que ofreció desde el mismo lugar del accidente.

Un hombre "muy cualificado"; así definió el ministro a José Arnaldo Moreira, al tiempo que hacía hincapié en que el convoy había pasado por una exhaustiva revisión en la que se había comprobado que contaba con todos los requisitos para circular con normalidad entre Vigo y Oporto.

Desde hace cinco años, la conducción de los convoyes que recorren el trazado entre estas dos ciudades se comparte entre maquinistas españoles y portugueses. Al contrario que los interventores, que no van más allá de la frontera, los conductores lusos hacen todo el trayecto, generalmente el servicio de tarde que parte de la estación de Porto - Campanhã a las 19.15 horas y llega a la estación de Guixar de la ciudad olívica pasadas las diez y media de la noche. Tras pasar la noche en Galicia, regresan en el convoy de la mañana, que sale de Vigo a las nueve y llega a Oporto dos horas más tarde. Los maquinistas españoles, por su parte, hacen el recorrido contrario.