Un elevador de cristal ahorrará a los peatones el esfuerzo de subir la pendiente de más de siete metros de altura que ahora separa en escalera las calles San Salvador y Pizarro en el entorno de la plaza de Isabel la Católica. El Concello ya dispone del diseño de un nuevo sistema mecánico para salvar cuestas pronunciadas en zonas muy pobladas de la ciudad dentro de su plan Vigo Vertical. Tras examinar diferentes opciones, entre ellas escaleras como las de Porta do sol y un ascensor inclinado similar al de Camelias, ha optado entre San Salvador y Pizarro por un elevador conectado a una pasarela cubierta de vidrio, siguiendo el modelo del que instalará entre Torrecedeira y Pi y Margall. El presupuesto de la obra se eleva a medio millón de euros y la actuación será financiada con cargo a uno de los convenios que el Ayuntamiento firmará con la Diputación. La previsión del gobierno local es disponer del proyecto constructivo en julio y licitar a continuación la obra para que esté concluida en el primer semestre de 2017.

El ascensor acristalado se instalará al final de la calle San Salvador, donde está el centro de transformación de Fenosa, que además afea la imagen de la zona y desaparecerá con esta actuación. El Concello, según indican fuentes municipales, negocia con la compañía eléctrica el traslado del equipamiento, que pasará a situarse bajo tierra en un lugar próximo.

Ahora los viandantes que suben desde allí a Pizarro se enfrentan a una dura subida a través de las escaleras que rodean el transformador. Estas también desaparecerán ya que todo el espacio será reorganizado para mejorar su calidad. Técnicos de la Concejalía de Fomento apuntan en un informe que "la solución es un cambio radical en la fisonomía del entorno, ya que se pasa de una sensación visual de calle en fondo de saco con elementos verticales con mucha presencia como el centro de transformación y los muros verticales existentes, a una propuesta que integra un ascensor liviano y consigue atenuar el desnivel a ambos lados".

Entorno "agradable"

Las nuevas escaleras quedarán adaptadas al talud, dando servicio a los locales laterales. "Se consigue minimizar su presencia, reduciendo el impacto visual", añaden los técnicos. La actuación se completa con la creación de una amplia superficie ajardinada "que convierte el entorno en agradable e invita en mayor medida al uso", apostillan.

La instalación de escaleras en Porta do Sol y el ascensor de Menéndez Pelayo a Camelias han tenido muy buena acogida ciudadana. La conexión mecánica de San Salvador a Pizarro no estaba incluida en el plan Vigo Vertical, con el que el Concello determina las actuaciones de mejora de la movilidad urbana. Sin embargo, los vecinos de la zona trasladaron la idea al alcalde, Abel Caballero, que decidió asumirla.

El transformador condiciona el tipo de actuación. El Concello estudió las diferentes opciones con o sin traslado de esta infraestructura y en ambos casos se planteaban escaleras mecánicas o elevador, si bien este último sistema sería mucho más complejo sin mover el equipamiento eléctrico.

Con las conversaciones ya avanzadas con la compañía se optó por el ascensor, aunque el estudio de arquitectura e ingeniería Capitel, encargado del diseño, planteó dos opciones: uno inclinado con raíles a semejanza del de Camelias (si bien este último salva una altura mucho mayor, de veinte metros), y el vertical acristalado, por el que finalmente se ha decantado el Concello, incluyendo la pasarela cubierta en el talud superior para conectar con Pizarro en la plaza de Isabel la Católica. "La cubrición será de vidrio acorde con el entorno y con la menor ocupación volumétrica posible, aportando un aspecto ligero e integrador", recoge el anteproyecto de la obra.

Eje más amplio

Los técnicos destacan que el lugar en el que se instalará el ascensor es una zona muy habitada que comprende un amplio eje que parte desde Vía Norte y llega, pasando por Urzáiz a la altura de Fernando el Católico -donde arranca San Salvador- y Pizarro, hasta San Roque. El informe resalta además la construcción en marcha del centro comercial de Pizarro, en el que se instalará un nuevo establecimiento de Mercadona y otros locales comerciales de menor tamaño, así como varias oficinas, lo que incrementará el movimiento en la zona.