Sus fuertes pisadas y el sonido de los tambores empezaron a escucharse bien entrada la tarde. Cientos de vigueses dejaron entonces sus quehaceres y corrieron a refugiarse en los extremos de las calles o incluso debajo de soportales. Napoleón y sus tropas irrumpían, artillería en mano, por las vías olívicas sembrando el terror e ira entre los lugareños.

Este acontecimiento acaeció realmente en 1809, sin embargo la narración anterior versa del día de ayer en los aledaños del Casco Vello. Franceses ansiosos de gloria y milicianos con sed de venganza defendiendo el honor de su pueblo en una gran batalla. Ya solo quedan horas para que el ejército galo sea expulsado por mar y poner fin de esta manera a los dos meses de ocupación de las tropas napoleónicas. O dos días, según se mire.

La jornada arrancaba de una manera 'deliciosa'. La apertura de los mercados levantó una gran expectación entre los vigueses que se acercaron ya desde primera hora de la mañana para probar los diferentes sabores de las empanadas, comprar semillas o degustar el famoso 'choripán', siempre acompañado de un buen vino o cerveza.

VER GALERÍA | Las tropas francesas llegan a Vigo. // Ricardo Grobas

La música y las actuaciones para niños también fueron puntos de atención durante todo el día de ayer. Gaitas, panderetas y tambores animaron una jornada lluviosa que se fue dilucidando a medida que pasaban las horas y el cielo se volvía más y más gris.

Ni la lluvia ni el frío pudieron con el ánimo del ciento de vigueses que, engalanados con sus chaquetillas, enaguas, mandiles, polainas y monteras, disfrutaron del inicio de una de las gestas más importantes de sus antepasados. El paraguas también se convirtió en accesorio imprescindible tanto para los vestidos de época como para los que prefirieron conservar la moda actual.

Un color que sobresalió por encima de todos en las indumentarias viguesas era el celeste. Aunque faltaban más de 114 años para que se fundase, el Celta se coló en los puestos y en la historia de la Reconquista de Vigo haciendo mucho ruido. Bufandas, camisetas o banderas, todo equipamiento era válido no solo para demostrar de qué equipo se es, sino a modo de reivindicación de orgullo de ciudad.

Los soportales de O Berbés se llenaron de espectadores para presenciar la representación de un combate de esgrima al más puro estilo siglo XIX, aunque el plato fuerte llegó a las seis y media de la tarde, con la entrada de los franceses en la villa olívica. Cerca de medio centenar de galos encabezados por su comandante recorrieron durante varios minutos las históricas calles en medio de los insultos y réplicas de los cientos de vigueses 'sometidos' a la legión francesa.

La lluvia no se detuvo durante el resto de jornada, lo que motivó una temprana retirada de muchos de los asistentes, con la mirada puesta ya en el día de hoy.

A partir de las 18.00 horas en la Porta do Sol y calle Gamboa se representará la expulsión de las tropas galas de la ciudad, una actuación en la que participarán hasta 300 personas lideradas por Morillo, Carolo o el coronel Cachamuíña, encargadas de desterrar a los soldados franceses y recuperar la ciudad.