Cuidadores del Parque Natural Illas Atlánticas retiran anualmente cerca de 60 gatos silvestres del terreno protegido. Independientemente de que tengan que ser recogidos por la protectora o atrapados por los propios trabajadores, cada una de estas acciones supone un gasto de 165 euros, un total de 10.000 euros al año.

Este es solo el balance económico de la 'estancia' de felinos en el espacio del Parque. Una cifra alta que no preocupa tanto a cuidadores y responsables como su impacto biológico.

Los gatos, como mamíferos que son, se alimentan de todo tipo de animales que encuentran por el Parque, en especial lagartos ocelados, fauna típica de Ons, que es el archipiélago que más sufre el ataque de estos felinos. Las heces de este reptil producen una determinada planta que ya es autóctona del espacio protegido y que a su vez sirve para alimentar a varias aves que sobrevuelan las islas.

Esta cadena alimentaria podría poner en peligro el ecosistema del Parque Natural y propiciar la desaparición de varias especies.

Este fue el reclamo que investigadores de la Universidad de Vigo, encabezados por Luis Navarro, desarrollaron a través de un vídeo con el fin de sensibilizar a la sociedad sobre la correcta tenencia de mascotas.

"Es habitual que en un mes nos encontremos a dos lagartos y cinco aves muertas por el Parque, a este ritmo terminarán por desaparecer", alertaba Navarro, quien reconocía que las especies invasoras están destruyendo varios ecosistemas. "Cuando un ser vivo se origina en una determinada zona, uno se adapta al otro, si introducimos especies nueve no hacemos sino deteriorarlo. El organismo felino no está adaptado a vivir ahí, y menos los silvestres", añadía el investigador.

Tanto Luis Navarro como el director del Parque, José Antonio Fernández Bouzas, indicaron que los "culpables" de esta alta incidencia felina no son otros que los humanos, por lo que sin el apoyo y concienciación de la sociedad el problema nunca será resuelto. "Con la extinción en masa de estos organismos se pierden funciones biológicas, pudiendo desencadenar un colapso total del ecosistema", concluía Navarro.