Entre los muchos empeños del escritor Xosé Neira Vilas, fallecido el pasado noviembre a los 87 años, estaba el de que Vigo tuviese su propio "Balbino," una figura que emulara al protagonista de su gran obra Memorias dun neno labrego (1961). Y lo consiguió. Ayer Diputación y Concello firmaron el convenio para que el próximo marzo la Biblioteca Xosé Neira Vilas presente la instalación, una escultura realizada en la Escuela de Canteros de Pontevedra y que el escritor llegó a ver termina a través de una fotografía.

"Era un hombre muy persistente y cuando se empeñaba en algo insistía hasta conseguirlo", recuerda el director adjunto de la escuela, Enrique Velasco, en referencia al escritor. El director cuenta que hace unos tres años la idea de esculpir a este personaje comenzó a germinar en Neira Vilas. La escuela había realizado un año antes una pieza del neno labrego, a petición del Concello de Lalín, para celebrar los 50 años de la publicación de la novela. "Él comunicó su deseo de hacer una nueva pieza e insistió hasta que hace un año la Diputación y el Concello llegaron a un acuerdo para que se llevara a cabo".

El resultado es una figura de metro y medio de altura, la estatura de un niño, por 40 centímetros de ancho, 30 de fondo y con la esencia de Balbino, "un rapaz de aldea". El material escogido es granito silvestre, el habitual en los trabajos de la escuela, pero este tiene un valor añadido ya que fue extraído de una cantera próxima a la casa de Neira Vilas, en Vila de Cruces, lugar donde nació y descansan sus restos. "Que sea de su pueblo y de cerca de su casa le añade sentimiento a la escultura", valora Velasco. La figura pesa unos 300 kilos y el escultor, Rubén Gil, le dedicó 250 horas de trabajo.

El prototipo de infante del rural gallego lucirá, con su perro y el cofre de sus secretos, en la entrada de la biblioteca municipal. El propio Neira Vilas envió tres dibujos para que el cantero, Gil, se inspirara a la hora de confeccionar el diseño. "No sabemos quién es el autor de los dibujos que mandó, pero él nos los hizo llegar y aunque no seguimos ninguno en concreto, tiene algo de los tres", explica Velasco.

El escritor mostró mucho interés en la instalación de la pieza y, aunque su deseo se ejecuta tarde, sí llegó a ver el trabajo finalizado. "Fue a través de una foto que le envié", explica el director. "Nos llamaba para saber qué tal estaba yendo y cuando la terminamos le mandé una imagen y le dije que podía estar tranquilo".

El literato y su biblioteca

Miembro honorario de la Real Academia Galega, Doctor Honoris Causa por la Universidad de A Coruña y La Habana, Neira Vilas acudió a la ciudad a inaugurar la biblioteca que lleva su nombre en 2011. A él le pertenece el primer carné que expidió este centro, al que pidió que fuese más que un sitio al que ir a leer, un lugar "dinámico" en el que "crear cultura", como recoge el artículo publicado por este periódico con motivo del evento.

Recordó en aquel momento su primer contacto con la ciudad, la emigración lo trajo hasta Vigo "para gestionar un visado para Argentina, adonde emigré para poder tener libros". La ciudad le sirvió al escritor para que algunas de sus obras llegasen a sus paisanos desde el otro lado del Atlántico. En Buenos Aires comenzó a escribir su novela Camiño bretemoso, que terminó en Cuba y que fue publicada en Vigo, por la editorial Galaxia, en 1967. Después la ciudad alumbraría su obra Xente no rodicio, en 1965, que denuncia la opresión del campesino gallego.

El incansable Neira Vilas consiguió dejar todo dispuesto para que la ciudad acogiera, una vez más, parte de su mundo literario, que es, al fin y al cabo, el de todos los gallegos.