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La Policía reduce un 25% el tiempo de respuesta con el sistema que abre los semáforos a su paso

El Concello lo testa con éxito en un coche patrulla en la avenida de Madrid y prevé llevarlo a otras calles -Agiliza las intervenciones de emergencia e incrementa la seguridad en la vía

Blindaje de la seguridad en la avenida de Madrid durante las pruebas | La Policía Local movilizó a buena parte de la plantilla de Protección Civil durante las pruebas que realizó en la avenida de Madrid. Para blindar todavía más las pasadas a toda velocidad del vehículo policial, en cada cruce se colocó un voluntario para evitar, en caso de fallo, que cualquier vehículo o viandante atravesara la vía. El sistema logró que el coche necesitara una media de 15 segundos menos por cada kilómetro recorrido.

Todos los semáforos de Vigo podrían quedar con el tiempo a las órdenes de los servicios de emergencia. El Concello ha testado con éxito el sistema desarrollado por el Centro de Automoción de Galicia (CTAG) que los cambia de rojo a verde cuando se aproxima un vehículo prioritario y ha logrado, según los primeros resultados y ha podido comprobar in situ este periódico, recortar hasta un 25% los tiempos de respuesta de la Policía Local.

Actualmente este entramado tecnológico de última generación está instalado en el eje compuesto por las calles Lepanto, Alfonso XIII, Urzáiz, Gran Vía, Plaza de España y avenida de Madrid hasta el seminario (ida y vuelta). En una segunda fase está previsto que se extienda a toda la Gran Vía (entre las plazas de España y América) y desde Buenos Aires hasta la estación de autobuses a través de Travesía de Vigo, Aragón y Martínez Garrido.

Aunque varios buses de Vitrasa, taxis y ambulancias lo llevan instalado a prueba desde hace meses, no fue hasta ahora cuando comenzó a testarse en los coches de la Policía Local. Durante varios días un vehículo pilotado por un agente local y con técnicos del CTAG a bordo realizó decenas de pasadas de ida y vuelta en la avenida de Madrid desde el seminario hasta la plaza de España. Con las luces y las sirenas de emergencia encendidas, pero sin el sistema de prioridad activo, el tiempo medio que tardó en cubrir este itinerario (4,4 kilómetros) rondó los cuatro minutos, uno más que cuando lo hizo con la aplicación que iba poniendo en verde todos los semáforos que se iba encontrando a su paso (15) y que se cambiaban segundos antes de su llegada para darle vía libre.

Las diferencias entre una y otra modalidad son enormes, tanto por la mejora de tiempos que supone para los agentes a la hora de una intervención, como por la mayor seguridad que implica para ellos como para el resto de usuarios de la vía, tanto del resto de conductores como de viandantes. Y es que este sistema no solo "despeja" el camino a los policías, sino que les garantiza que en todos los cruces y pasos de peatones que tienen que atravesar, el resto de semáforos están en rojo, con lo que reducen enormemente el riesgo de colisión contra otro turismo, o de atropello.

Según pudo comprobar este periódico a bordo del vehículo policial, la diferencia de ir en una situación de emergencia con prioridad semafórica a no tenerla quedó patente de forma significativa en el transitado cruce de la avenida de Madrid con San Roque. En una situación normal, sentido Plaza de España, el vehículo se topa con la larga cola de coches parados en el semáforo en rojo de la avenida de Madrid, por lo que primero deben saltárselo para dejar pasar al coche policial con el consiguiente riesgo de colisión con los vehículos que están cruzando en ese momento de un lado a otro del vial. Además, esto obliga a frenar al coche policial y, una vez despejado el paso, atravesar el cruce con el semáforo en rojo y, por lo tanto, a mucha menor velocidad que si lo tuvieran a favor. Esta misma situación se repite, en mayor o menor medida, en el resto de intersecciones de la ciudad.

Con el sistema de prioridad activo, el semáforo se pone en verde antes de que llegue el coche de policía, por lo que los coches que esperan ya han arrancado y la policía se los topa ya en movimiento en su mismo sentido de la marcha, con lo que se apartan hacia el carril derecho para dejarlo pasar con mayor celeridad que si estuvieran parados. Además, el vehículo patrulla puede atravesar la intersección a máxima velocidad -aunque con precaución- sin temor a toparse con otros coches o peatones atravesándola.

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