La Fiscalía mantiene que los dos agentes de paisano se identificaron como policías, lo que ambos reiteraron ayer. Versión distinta sostienen los acusados, que señalan que ninguno de los dos lo hizo. "No me di cuenta de que eran policías hasta que me redujeron", dijo Miguel Ángel, que declaró que él salió de su casa -llegó a coger una barra de hierro- tras escuchar "alboroto" y ver a dos hombres forcejeando con familiares suyos. "Primero hay que dar y después preguntar, esto funciona así", afirmó, añadiendo que él se limitó a defenderse. Entre los acusados está su hijo, que también dijo que los agentes no se identificaron, y su madre, entonces de 64 años. La mujer está acusada de golpear con un palo de escoba a un agente, rompiéndoselo en la espalda. "Estaba en cama y me levanté al escuchar un golpe fuerte en la puerta de entrada", recordó. No recuerda, aseguró, haber cogido el citado palo de escoba.

Los acusados negaron haber azuzado perros contra los agentes, rechazando que fuesen peligrosos. "Son perros de compañía, amables", describió uno. La mujer precisó: "Unos cachorritos de nada".