Se les esperaba para las 8, pero los primeros pacientes en atravesar la puerta del Álvaro Cunqueiro fueron madrugadores y llegaron en ambulancia a las 7.20 para recibir Hemodiálisis, cuando las luces aún estaban apagadas. Aún así, en el interior la actividad ya había empezado y se afanaban en tenerlo todo dispuesto.

El gerente, Félix Rubial y la directora de Procesos Asistenciales, Mar Vélez, supervisaban la situación desde las 7.30 horas. "Es un momento enormente emocional, no exento de nervios, pero desaparecen cuando entra el primer paciente", confesó el gerente del Chuvi. El director de Procesos sin ingreso, Javier Caramés, el subdirector de la misma área, Juan Lázaro, entre otras cuestiones, ayudaban orientando a los pacientes.

Hemodiálisis se puso en marcha a las 8 y a las 9 abrieron una consulta de Nefrología, con Orestes González como primer paciente, y una de Anestesia -para aprovechar la unidad de soporte vital instalada-, estrenada por Josefina Álvarez.

Un grupo de siete chalecos azules ayudan a los pacientes a sacar su turno de la máquina dispensadora, les enseñan a leerla y les indican donde está. La actividad transcurre sin incidencias, con más profesionales y medios que pacientes