Las empresas adjudicatarias de la ampliación de Rande y la concesionaria de la autopista, Audasa, intentan dar un giro de 180 grados a las características de la obra con una solución técnica que poco tiene que ver con el proyecto de licitación y con el que presentaron al concurso las propias compañías, a las que se adjudicó el contrato por 143 millones. La actuación pasó siempre por la adhesión de dos tableros, uno por cada sentido de la circulación, una fórmula considerada por los expertos un "hito mundial" en la ingeniería en un viaducto atirantado. Ahora las constructoras, Dragados y Puentes y Calzadas, pretenden un cambiazo, encajando los terceros carriles dentro de la actual estructura central, ya muy limitada de espacio.

La primera piedra de la ampliación fue puesta el 27 de febrero en la estación del peaje en Moaña y desde entonces la única actuación sobre el puente ha sido un estudio del estado de los 80 tirantes por parte de un equipo de escaladores y técnicos. La oferta de las adjudicatarias era, de todas las presentadas, la que menor plazo de ejecución aseguraba, con 23 meses de obra, siete menos que el marcado en la licitación. El inesperado giro y el hecho de que los trabajos se hayan limitado hasta ahora a la inspección ya ha encendido las alarmas.

El objetivo desde el principio era reparar o sustituir las vainas que presentasen daños e incorporar los tableros a cada lado del tronco, sostenidos por otros 80 tirantes. Pero ahora lo que las adjudicatarias barajan es una propuesta radicalmente diferente con fórmulas que prescindirían de las nuevas plataformas exteriores.

Uno de los planteamientos técnicos pasa por aprovechar el limitado espacio existente entre el tronco y las pilas, así como la mediana. Los tirantes están anclados a los aleros, con lo que para liberar esa reducida superficie la sujeción pasaría a colocarse en la parte inferior del viaducto. El intento de "cambiazo", tras conocerse, corrió ayer como la pólvora entre responsables de constructoras en Galicia.

Al concurso para la ampliación, licitado por 174,1 millones, se presentaron las principales empresas españolas del sector, cuatro de ellas en alianza y dos en solitario, estas últimas Sacyr y Acciona Infraestructuras. Las que concurrieron unidas fueron FCC y OHL,; Ferrovial Agromán y Atlántica; Isolux Corsán, San José y Vías y Construcciones; y Dragados y Puentes, estas últimas a la postre ganadoras.

Fomento no había recibido ayer comunicación formal sobre los cambios propuestos en el proyecto, según declaró ayer la ministra de Fomento, Ana Pastor. "No tengo notificación oficial y el ministerio tiene un empeño especial en que el proyecto de Rande, que tiene un plazo de ejecución, salga adelante porque es muy necesario para que la ciudad de Vigo y su área de influencia tengan la mejor movilidad", explicó, preguntada al respecto durante la celebración del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid. Cualquier modificación que ponga sobre la mesa Audasa o las constructoras requiere de la aprobación del ministerio.

"De blanco a negro"

Desde el sector apuntaron ayer que los cambios esbozados " suponen pasar del blanco al negro". Fuentes jurídicas de toda solvencia señalan que es prácticamente inviable un cambio de este alcance. "Sería tanto como transformar la noche en día", exponen. La modificación abriría la puerta, apuntan, a que otras empresas que pujaron por el contrato puedan presentar recursos alegando incumplimiento de las condiciones de la oferta, un escenario de consecuencias imprevisibles.