Estable dentro de la gravedad. Mónica F.F. , la mujer de 36 años que acudió arrastrándose a primeras horas de la mañana de ayer al Hospital Povisa de Vigo con un cuchillo clavado en el cuello, se recupera de sus graves lesiones tras ser intervenida quirúrgicamente con éxito. Su expareja, Carlos F., de 40 años, está detenido en los calabozos de la comisaría como supuesto autor de la brutal agresión. Ambos son trabajadores del centro sanitario, ella auxiliar de clínica y él celador, siempre en el turno de noche. La mujer consiguió salvar su vida porque el cuchillo de cocina que le atravesó la garganta se rompió, quedándose la hoja clavada en el cuello, por lo que los cortes -que no afectaron zonas vitales- quedaron taponados, lo que evitó que se desangrara.

Ambos habían sido pareja hasta hace unos meses, pero Carlos F. seguía obsesionado con ella. Tanto, que la perseguía y se presentaba donde Mónica se encontrara. Hace apenas quince días lo echaron de una cafetería próxima a su centro de trabajo por molestarla. Él había tenido el turno de noche pero seguía en la puerta esperando que llegara su expareja. Mónica F.F. , según su entorno, tomaba precauciones y muchas compañeras se ofrecían a acompañarla a la entrada y salida del trabajo; pero nunca quiso denunciarlo por malos tratos. "A mi no me va hacer nada", tranquilizaba a quienes le aconsejaban que le denunciara dada la terrible situación de acoso que vivía. El hecho de que ambos trabajaran en el mismo lugar, con amigos comunes, también la frenaba. Temía que la denuncia pudiera costarle a él el puesto de trabajo o que tomara represalias contra ella. Y es que Carlos F. había estado mucho tiempo de baja por problemas psíquicos.

Hace unas semanas se encontró con que alguien le había echado agua en el depósito de la gasolina de su coche. No era el primer percance que sufría su vehículo, que ya había aparecido con las ruedas rajadas, así que acudió a la comisaría porque sospechaba que había sido Carlos F. "No tenía enemigos, solo la situación de acoso al que él la sometía", explican en su entorno.

Mónica F.F., madre de una niña de 12 años de una relación anterior, salió ayer de su piso en la Avenida Martínez Garrido poco antes de las 7.30 horas para ir a trabajar. Su agresor la esperaba dentro del edificio y la sorprendió, posiblemente en el portal desde el que se baja al garaje. Fue precisamente en el pasillo de la planta -2 del aparcamiento, en las zonas comunes, donde se produjo el ataque con el cuchillo de cocina, pues un enorme reguero de sangre señalaba el lugar. La mujer se defendió y ofreció fuerte resistencia, a tenor de las heridas y cortes que presentaba en manos y antebrazos, pero no pudo evitar que el cuchillo que esgrimía su oponente se clavara de lleno en su cuello. La fuerza del golpe fue tal que el mango se desprendió.

Poco después entraba cubierta de sangre y sola en el hospital. Pese a su gravedad, habría indicado quien la agredió y la Policía Nacional localizó en las inmediaciones el coche de la víctima. Todo apunta a que Carlos F. trasladó a la mujer herida en dicho vehículo y la abandonó en la confluencia de las calles Tarragona y Barcelona, a la altura de la zona de rehabilitación, desde donde ella recorrió los 30 metros de distancia a Urgencias arrastrándose cómo pudo para pedir auxilio.

Los responsables del propio centro sanitario alertaron a la Policía Nacional del ingreso de la mujer y las lesiones que presentaba, por las que tuvo que ser sometida a una operación de urgencia en la que los médicos lograron salvarle la vida. Su estado sigue siendo grave aunque no se teme por su vida.

Poco tiempo después funcionarios de la comisaría viguesa procedían al arresto de Carlos F., que se encontraba tranquilamente en su casa y que inicialmente habría negado ser el autor de la agresión.