Los miedos que tenían en la primera operación en el Meixoeiro era que hubiera problemas con cuestiones como el instrumental o la electricidad. "Tonterías, pero que podían hacerte la vida incómoda", opina Juan Mata, que aún recuerda detalles clínicos de la intervención de Baldomero Fernández. No hubo sobresaltos. Su trabajo allí había empezado en octubre, con el diseño de los servicios, y el plan de dotación. "No era un traslado, como el de ahora, era una apertura, que es más cómoda", argumenta y señala que el Meixoeiro nacía con una apuesta por la nueva tecnología, la cirugía de ciclo rápido, los sistemas de información y las altas precoces. "Nunca se desarrolló como estaba previsto". Como ejemplo, Urología solo recibió 47 de los 80 millones previstos. "Pero no me quejo", apostilla. En estos 25 años, "lo único que sigue igual es el hall". Concluye con un deseo: "Que cumpla muchos más".