Una primera cita en Vigo con la música de cámara en este nuevo curso ha pasado, ayer, por un dúo de sólida trayectoria. El Dúo Cassadó, que en el año 2000 fue formado por el violonchelista Damián Martínez Marco y la pianista Marta Moll de Alba. En estos catorce años de carrera pueden presumir del apoyo del famoso violoncelista Mstislav Rostropovich y de una carrera de conciertos internacional con paradas en Colombia, Ecuador, Marruecos, Túnez, Francia, Jordania, Egipto, Italia, Portugal, Israel y Canadá. Y sus currículums personales suman más premios, logros y avales, por supuesto.

En su disco de debut, "Rapsodia del Sur", homenajean a la obra del chelista y compositor Gaspar Cassadó, del que el dúo toma también su nombre. La reivindicación de la música y los compositores de España es una de las ideas que anima al Dúo Cassadó, y así ayer hemos podido disfrutar ayer de un repertorio rico y sobre todo muy español. Dos fueron las figuras interpretadas. Gaspar Cassadó, por descontado, y Pau Casals. Dos violonchelistas de los más renombrados de España releídos por un dúo de piano y cello. Una cita casi íntima, en el reducido Auditorio Afundación, al que había acudido un público curioso y bastante numeroso.

Abrió la gala Martínez al chelo sin más acompañamiento, interpretando la "Suite para violoncello solo" de Cassadró. Virtuoso, pero con todo lo más interesante de la gala fue comprobar, ante la música del dúo, cómo la vida y el arte se conjugan estableciendo la diferencia, o cuanto menos el matiz. Pareja y familia, en la interpretación camarística de sus partituras surge una evidente sinergia cómplice, un entendimiento mutuo que carga de sentimiento cada pieza. Sí, puede ser una magia intangible, pero es magia y son resultados. La interpretación es serena y profesional como su caché sugieren que tendría que ser, pero al tiempo, emotiva por empatía y capilaridad, digamos. Esto es, Damian Martínez Marco y Marta Moll de Alba se nutren como músicos el uno de la otra y viceversa, en un diálogo que da fuerza a la música que ejecutan.

Y la música, por supuesto, es bella, ya que lo es la obra de Cassadó y la de Casals. Cassadó es un maestro nacional del siglo veinte y en su música resuena la tradición española, es temperamental y cargada de pasión, en piezas breves (la de mayor extensión dura apenas quince minutos) que reverberan sanguíneas en el oyente. Alegre y danzarín, Cassadó es un autor que evidentemente el dúo que porta su nombre conoce, valora y sobre todo, entiende.

También se puede decir que valoran y entienden la pianista y el violoncellista a Pau Casals, en un acto de reivindicación del maestro catalán, candidato a premio Nobel de la Paz y gran figura de la música clásica contemporánea europea. Digno de aplauso.