Los delitos cometidos valiéndose de las nuevas tecnologías y del amparo de internet no cesan. Al contrario, van al alza. Las estafas son el procedimiento estrella en el ámbito de la delincuencia informática, pero hay otras conductas de menor peso numérico que también destacan. Un año más, se disparan las injurias y amenazas en redes sociales, foros o correo electrónico. Y como se refleja en la memoria de la Fiscalía Provincial de Pontevedra, en 2013 se investigaron varios delitos de especial gravedad: 4 de acoso sexual a menores que no habían alcanzado los 13 años de edad -en al menos un caso también hubo abusos- y una quincena de corrupción por posesión y distribución de pornografía infantil.

Esta última tipología delictiva baja en las estadísticas, pero no en la realidad. ¿La razón? Los pedófilos, para evitar ser detectados, han ido "abandonando progresivamente" los sistemas de internet que generalmente usaban para difundir el material -como los programas de intercambio de archivos tipo redes P2P-, sustituyéndolos por otros "más seguros" y de "más difícil acceso" por parte de terceras personas.

En 2013 hubo 1.624 denuncias por criminalidad informática, 4 diarias. Un 20% más que las 1.344 del año anterior. Casi medio millar fueron juicios de faltas. Son infracciones leves que duplican a las de 2012 y que, según la fiscal especializada Marta García de la Concha, "reflejan la incidencia "que conductas como las injurias, amenazas o vejaciones alcanzan en redes sociales, mensajería instantánea [sistemas como WhatsApp] o foros de internet".

Del total de denuncias, más de 1.100 lo fueron por delito. Y las estafas son el grueso. Un total de 961: sube el fraude con tarjetas de crédito y en las ventas por internet, se estanca el phising y baja la incidencia del "virus de la Policía". Los delitos contra la integridad moral -89-, los de amenazas/coacciones -41- y el descubrimiento o revelación de secretos -25- son los siguientes con más peso en la estadística. La Fiscalía ha investigado casos graves, generalmente con propósito vejatorio, de injurias o difusión de fotos en la red. También de publicación de "ofertas de sexo" con un fin de venganza hacia las víctimas. Y, entre los más graves, de un solo caso de ciberacoso a niños en 2012, se pasó a 4 en 2013.

Sobre pornografía infantil, hubo 15 denuncias. Este delito baja porque los pedófilos saben esconderse mejor en internet. Sobre esta materia, la fiscal destaca una sentencia de la Audiencia pontevedresa contra 8 acusados de intercambiar y facilitar la difusión de porno a través del canal IRC #sexotabú. Lo significativo del fallo es que fueron condenados por una modalidad agravada de corrupción de menores por pertenecer a una "organización", aunque ésta tenga "carácter transitorio". Los acusados compartían a través del chat técnicas de protección contra la investigación judicial, información de lugares donde hallar pornografía infantil, usaban el cifrado digital de archivos para restringir el accesos a los miembros del grupo y utilizaban también formatos de vídeo "que necesitaban de aplicaciones especiales para su visionado".

Un caso que se investiga en Vigo es el plagio de un software específico para el mantenimiento de motores industriales.