El nuevo Balaídos tendrá el sello vigués del arquitecto Pedro de la Puente, que trabaja ya con afouteza y corazón en la transformación del templo del celtismo. Su ilusión y pasión por este encargo se multiplica por su condición de celeste y "futbolero", pero también por motivos familiares. "Mi padre trabajó de aparejador cuando se levantó la grada de Tribuna, por lo que a nivel emocional también me seduce", admite.

-¿Cómo recibió la propuesta?

-Con muchísima ilusión. Me pareció un reto que debía asumir. Es un proyecto importantísimo para mí, porque tengo que trabajar sobre un símbolo de Vigo, y actuar sobre él puede ser uno de los mayores retos a los que me haya enfrentado.

-¿Le da vértigo que pueda no gustar o no entenderse el proyecto?

-(Sonríe) Por un lado sí, pero tenemos la seguridad de que somos capaces de hacerlo perfectamente. Hemos experimentado proyectos de reforma en otras ocasiones y de complejidad incluso superior.

-Acostumbrados a un Balaídos "irregular", impacta la cubierta ondulada y continua. ¿Por qué? ¿En qué se inspiró?

-Por un lado, en las olas del mar, pero también en el movimiento de las algas en forma de cinta que ondulan con el movimiento del agua en nuestra ría. Se eligió esta piel de aluminio porque nos pareció la más adecuada por ser orgánica y adaptarse perfectamente al esqueleto del estadio. Quería un material que fuera noble, y por eso el aluminio, que no tiene ningún mantenimiento, es ligero y económico, algo fundamental en estos tiempos.

-¿Y su funcionalidad?

-Al ser una piel ventilada, a través de las ondas penetrará la luz y habrá ventilación. Pretendemos que el espectador no solo vaya y se siente; sino que pueda tener espacios anexos dignos, mejor iluminados y ventilados.

-Tribuna se prolongará sobre Preferencia hasta quedar a solo unos 4 metros del campo... ¿Qué pasará con Marcador y con Gol?

-Este campo está muy lejos y el objetivo es acercar más a los aficionados al equipo para que sientan el aliento de los que lo apoyan mucho más de cerca. Y ese es mi interés, el del Concello y el del club.

-Y las otras dos gradas...

-Tendrá que actuarse más adelante, pero en este caso será necesario una obra integral. En el plan director se recoge que habría que moverlas.

-No es la primera maqueta sobre Balaídos. ¿Cree que será la última y definitiva?

-Sí. Las dos partes, Concello y Celta, están muy implicadas. De esta vez creo que sí va. Además, el estadio necesita urgentemente esta reforma.

-¿Cuál ha sido la respuesta que ha tenido por parte del gobierno municipal y del Celta?

-Muy satisfactoria de ambos. He constatado que hay una colaboración muy estrecha y unas ganas enormes de llevarlo adelante. Se les ve implicados e ilusionados.

-Hace más de 30 años que no se acomete una obra de calado en el estadio. ¿Complica esto los trabajos?

-Claro, pero principalmente en lo económico, ya que hay una gran parte de las partidas que hay que destinar en reparar servicios, reforzar estructuras, sustituir elementos obsoletos...

-¿Está en una situación límite?

-Es necesaria una actuación urgentemente, pero tampoco está en una situación en la que haya peligro. El estadio está en buenas condiciones.

-Hay aficionados que temen que sea solo un lavado de cara...

-Que va. Es mucho más que eso. Hay mejoras de accesibilidad, seguridad, renovación de todas las instalaciones... debería ser una obra casi definitiva. Será el estadio digno que se merecen el Celta y Vigo.