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Un hombre "extraordinario" en las labores cotidianas

El comisario Pablo Pérez plasma en la muestra la humildad del futuro beato

La exposición "Un santo en datos" profundiza en la figura y en las labores sociales de Álvaro del Portillo de una forma muy visual. "Hemos querido plasmar cómo se concreta la santidad de una persona y aportar datos sobre la vida y obra de Portillo pero de una manera muy dinámica", explica Pablo Pérez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra y comisario de la muestra.

Álvaro del Portillo nació en Madrid en 1914 y en el 35 se incorporó al Opus Dei. Doctor ingeniero de Caminos, Filosofía y Derecho Canónico, en 1944 fue ordenado sacerdote y tras el fallecimiento de Josemaría Escrivá de Balaguer, en 1975, fue elegido como su sucesor al frente del Opus Dei. "Es un hombre que destaca por la paz que transmitía y lo alegre, bondadoso y humilde que era, con un afán constante por permanecer en un segundo plano a pesar de la impresionante formación académica que tenía", admira Pérez.

La muestra está organizada en tres bloques temáticos basados en infografías. "El primero lo hemos dedicado a hacer una cronología de su vida, enmarcándola en el contexto social de su vida; el segundo resume su tarea al servicio de la Iglesia y el tercero las labores apostólicas promovidas por el Opus Dei en las que participó", describe el comisario. Además, se incluyen tres vídeos que giran también entorno a estos aspectos.

Al próximo beato se le atribuye un milagro, la curación inexplicable de un bebé con graves dolencias cardíacas en Chile. "Ese milagro no lo hemos incluido en la muestra porque se le beatifica por su trabajo cotidiano, por cómo ha vivido las virtudes de forma heroica y ha manifestado la caridad a lo largo de toda su vida, no por los hechos extraordinarios, y quisimos respetar este concepto en la muestra", explica el comisario.

La exposición se complementa con un panel que describe las diferentes visitas que el nuevo beato realizó a Galicia, especialmente a Vigo, Tui y Pontevedra entre los años 1945 y 1961 acompañando a Escrivá de Balaguer en sus viajes apostólicos. En ello influyó la estrecha amistad que san Josemaría mantuvo desde estudiante en la Universidad de Zaragoza con fray José López Ortiz, que más tarde fue obispo de Tui-Vigo durante 25 años (de 1944 a 1969). También fue un vigués, Leopoldo Eijo y Garay, obispo de Madrid-Alcalá, el que ordenó en Madrid en 1944 a los tres primeros sacerdotes del Opus Dei, entre ellos a Álvaro del Portillo.

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