Ante la inminente entrada en servicio del tranvía, el alcalde publicó un edicto diciendo que hallándose próxima la fecha en que deben circular por las calles de la ciudad los tranvías eléctricos, se hacía conveniente rogar al vecindario que cooperara a que tan importante mejora no fuera motivo de desgracias ni de perturbación a los demás servicios urbanos y al efecto se hacían las indicaciones siguientes:

1. Que por los padres, profesores y encargados de los niños, se aconseje a éstos el que no se coloquen en ocasión alguna en la entrevía, ni en la proximidad de los rieles del tranvía.

2. Que les encarguen igualmente no se agarren a los tranvías para evitar que al ponerse estos en marcha puedan ser atropellados.

3. Además de la prohibición expresa que la Sociedad de Tranvías impone de subir y bajar de los coches en marcha, se reitera esta prohibición por la Alcaldía, advirtiendo que serán castigados los que infrinjan esta disposición.

4. Las prohibiciones que en beneficio de la salud pública y de la comodidad de los viajeros se consignan por escrito en los coches de la Empresa del tranvía, las acepta esta Alcaldía como impuestas también por ella, al efecto de que puedan ser castigados sus infractores.

5. Se recuerda al público que la colocación de piedras u otros obstáculos sobre los rieles del tranvía, pueden ser constitutivos de delitos, en que conocerán los tribunales de justicia.

6. Se advierte a los conductores de toda clase de vehículos, que si no se separan de la zona de marcha de los tranvías al sentir el aviso de éste, perturbando su marcha intencionalmente, serán castigados con multa.