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Una gira marítima de 2 horas en un cañonero hasta San Simón con una escolta de más de cincuenta vapores

El emperador Guillermo y el rey Alfonso hicieron una excursión por la ría a bordo del cañonero Vasco Núñez de Balboa. El Rey vestía de Almirante y llevaba el capote puesto.

Alfonso XIII, que había recibido a Guillermo II en la escalerilla, fue abrazado por éste al poner el pie en el barco. Tras el saludo, el Rey sacó pitillos y ofreció uno al Káiser, comenzando ambos a fumar.

Acompañaron a los soberanos en la excursión el ministro de Marina, general Viniegra, el almirante Hoftmon, el vicealmirante Meussig y un ayudante de cada monarca.

El Vasco Núñez de Balboa se dirigió hacía la Guía, continuando su viaje hasta cerca del lazareto de San Simón.

Unos cincuenta vapores de la flota pesquera, todos con la bandera española a popa, la matrícula de Vigo en el palo mesana y la contraseña de sus respectivos armadores en el trinquete, siguieron al cañonero dándole escolta.

Desde San Simón, regresó la flotilla por la parte Norte de la ría, siguiendo con rumbo al Este hasta la Borneira. Allí viraron hacía el sur viniendo el Vasco por la popa del crucero Friedich Karl hasta llegar al costado del Koenig Albert, frente al cual se detuvo.

Guillermo II se trasladó al trasatlántico en una lancha de vapor, despidiéndose muy complacido de la excursión realizada, que duró dos horas.

El Rey Alfonso regresó al Giralda, donde se izó de nuevo el pabellón real con las salvas y honores de costumbre.

Toda la mañana estuvieron los muelles y avenidas muy concurridos y muchas personas recorrieron en botes y vapores la bahía, parando al costado de los buques de guerra y del Koenig Albert.

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