El cambio de ciclo político en el Concello tras siete años en los que el PSOE tuvo al BNG como "aliado estratégico", quedó ayer escenificado en un pleno de la Corporación que dejó patente la nueva sintonía del gobierno local con el Partido Popular, con el que negocia la aprobación del presupuesto de 2014. Los socialistas apoyaron el plan de facilidades de pago de impuestos propuesto por el grupo mayoritario de la oposición, como adelantó FARO, pero también otras dos mociones que, además, eran críticas con su propia gestión, demandando por un lado un plan de reorganización del transporte público consensuado con vecinos y avalado por técnicos, y otro de mantenimiento de infraestructuras deportivas. Los populares correspondieron con el respaldo a las mociones que llevaba a pleno el PSOE, dos con la particularidad de que trataban sobre exigencias por "incumplimientos" de la Xunta -urgiendo a retomar la ampliación del túnel de Beiramar y fondos para que el Consorcio del Casco Vello invierta en rehabilitar la fachada de O Berbés- y otra en la que se pide a la Consellería de Educación la ampliación del Conservatorio de grado medio.

El Bloque también votó en el mismo sentido que PP y PSOE en estas seis mociones, aprobadas por unanimidad, pero el debate evidenció el distanciamiento entre los antiguos socios de gobierno. El que fue teniente de alcalde durante el bipartito y anterior portavoz del Bloque, Santiago Domínguez, cargó en la moción del PP sobre el transporte público contra los socialistas por no implantar el bonobús a parados y recordó las continuas denuncias públicas de los populares ante los "reiterados incumplimientos plenarios del alcalde". "Ahora que parece que les van a aprobar los presupuestos y se llevan tan bien esperamos que, ustedes que criticaron tanto al gobierno municipal, les hagan cumplir esos acuerdos. Veremos en qué queda todo esto. De ustedes depende", espetó a sus compañeros de bancada en la oposición.

También la actual portavoz del Bloque, Iolanda Veloso, repartió duras críticas en la moción sobre el plan fiscal promovido por el PP. Los nacionalistas la apoyaron pero se mostraron "asombrados con la desfachatez de ambos grupos" al afirmar que se produce con las tasas ya en vigor, sin que el gobierno local les diese opción el año pasado a incorporar bonificaciones y exenciones, y "con un proyecto de presupuestos encima de la mesa". Veloso sugirió que la moción del PP es "un lavado de cara" para aparentar que impone condiciones al borrador de cuentas. A estos reproches se unió la pregunta del Bloque al término del pleno reclamando al alcalde aclaraciones sobre los expedientes requeridos durante el registro en el Concello en el marco de la Operación Patos, cuestión que Carlos Font (PSOE) despachó cortante diciendo al Bloque "que formule la pregunta a la Justicia" y señalando que "no" hay información de interés para la Corporación.

Sin crispación

Cierto es que PSOE y PP tampoco se echaron flores precisamente y tuvieron las diferencias habituales en el debate, pero este transcurrió sin gritos ni grandes tensiones como solía ocurrir hasta ahora.

El acuerdo más vinculado al presupuesto se produjo con la aprobación del plan de facilidades fiscales a los contribuyentes con dificultades económicas, ya que el PP lo planteó en la primera reunión bilateral de negociación de las cuentas entre ambas fuerzas. El concejal Miguel Fidalgo (PP) afirmó ayer que "uno de cada cinco vigueses no puede pagar en plazo los impuestos" y defendió la puesta en marcha de un programa de abono fraccionado "sin recargos ni necesidad de justificar falta de liquidez".

Font replicó que "las exenciones fiscales en el Concello eran mínimas cuando gobernaba el PP" y consideró asequible el actual calendario fiscal, si bien anunció el apoyo del PSOE a la moción e incluso arrogó la paternidad de la idea al alcalde. No obstante, matizó que no quería "discutir" y el PP se lo tomó con ironía.

En la misma moción sí se produjo un enfrentamiento abierto entre socialistas y nacionalistas. Veloso criticó que, pese a cerrarse el ejercicio de 2013 con superávit, el gobierno local "no habilitase ayudas de emergencia ni ejecutase todo el plan contra la crisis". El portavoz del PSOE le replicó a su homóloga nacionalista: "Ya me gustaría a mí ver cheques sociales en otras ciudades", en referencia a Pontevedra, regida por un alcalde nacionalista, apuntando además que los impuestos se han incrementado allí en un 1,8% mientras que Vigo los ha congelado.