El turismo o los negocios atrajeron el pasado mes de mayo a los hoteles de la ciudad 1.500 viajeros más que en las mismas fechas del año anterior. Tras dos años de caída, este repunte de los visitantes que escogen Vigo para alojarse ha permitido al sector mejorar los datos de ocupación registrados en 2012. Esta tendencia se ha percibido en casi toda la comunidad, pero en los establecimientos olívicos el progreso superó la media.

Los huéspedes de los hoteles vigueses no solo han utilizado un porcentaje ligeramente mayor de las camas disponibles -con 1,3 puntos más que la gallega-, sino que la tasa de ocupación mejoró en la ciudad un 10% frente al 8% de la media autonómica.

A pesar del progreso, las cifras no son buenas. Los hoteles no encontraron clientela para siete de cada diez camas. Salvo mayo el de 2012, es el peor resultado desde que el Instituto Nacional de Estadística publica estos datos (2005). Para Beatriz González, directora del Tres Luces es un balance "realmente pésimo" y añade: "está por debajo del umbral de la rentabilidad".

César Ballesteros, responsable del Bahía, coincide con su colega: "A excepción de junio por los congresos, estos últimos meses son los más duros que recuerdo". Explica que, durante la temporada no estival, dependen del "empuje de la ciudad" para atraer empresarios en viaje de negocios o asistentes a ferias, encuentros científicos y actividades culturales.

El problema para el sector no solo está en que la demanda sea baja, sino que los precios medios se han reducido "significativamente con respecto al año anterior", resalta Ballesteros. Así que, aunque lograron hacer efectivas un 10% más de reservas, no se ha traducido del mismo modo en sus libros contables.

De esta dura realidad, Ballesteros encuentra un atisbo de esperanza: "Puede tengamos los precios más bajos de toda España, por lo que ahora somos más atractivos. Creo que hemos tocado suelo y que ahora solo podemos remontar, poquito a poquito". Confiesa, sin embargo, que en el libro de reservas todavía no figuran demasiadas anotaciones para verano. "No se materializan más allá de dos semanas", lamenta.